El vocalista norteamericano Al Jarreau, simpático y muy expresivo en sus afirmaciones, será hoy el encargado de inaugurar con su seductora voz el XXIII Festival Internacional Canarias Jazz&Más Heineken en el Auditorio de Tenerife Adán Martín de Santa Cruz de Tenerife, donde intervendrá acompañado por la banda formada por Joe Turano (teclados, saxofón y director musical), John Calderon (guitarra), Mark Simmons (batería), Chris Walker (bajo) y Larry Williams (teclados).

El galardonado Al Jarreau, con siete premios Grammy a sus espaldas, como mejor vocalista de jazz, rhythm &blues y soul, se presentó a la rueda de prensa con los medios ataviado con un sombrero blanco tipo panamá, con una cinta negra en su entorno. Tras saludar con un perfecto ¡Hola!, agradeció al director del festival, Miguel Ramírez, y al consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de la Rosa, su invitación a este festival, en el que ya participó hace doce años.

Para él, según resumió la traductora, "es muy importante mantener esta relación con el festival, porque continuamos haciendo de esta música algo muy importante, que nos hace felices y da esperanza".

Al Jarreau soltó verdaderas carcajadas ante algunas afirmaciones que hacía, muchas de ellas corroboradas con expresivos movimientos de sus manos, además de tararear diferentes ritmos para complementar sus declaraciones.

Tras afirmar que este año había viajado por todo el mundo, Japón, Brasil o Austria, indicó que "mi intención es llevar la música a todos los lados desde que tengo 21 años, porque para mí es el mismo lenguaje desde que estaba en la barriga de mi madre", además de ser una forma de comunicación que sirve para entenderse en todos los lugares, porque es el mismo lenguaje para todos.

También contó una anécdota que vivió en Estambul cuando participó en un concierto esponsorizado por Naciones Unidas, y uno de los participantes, Marcus Miller, dijo que "si los políticos dejaran de hablar tanto y se comunicaran a través de la música, entonces habría menos problemas en el mundo".

Con respecto al tipo de letras que le gusta cantar, esta especie de hombre orquesta indicó que "el mensaje es muy importante y, sobre todo, es muy importante con la música mantener la esperanza, que exista una vibración. Es muy importante que las cosas trabajen como Dios quiera, que fluyan. Hay muchos problemas en el mundo, pero que antes, y más allá del cuerpo, es importante aprender la lección; sobre todo de no luchar, de estar juntos, de cuidar del resto, de los pobres, de los enfermos. Esta es una misión que tenemos que aprender todos. Es de lo que habla cualquier buen líder del mundo. No hablan de dinero, el dinero no es importante. Eso lo reflejo siempre en la música".

También se refirió a una canción de David Foster en la que nombraba a Dios, "que podía tocar la cara de Dios con el mensaje. También es importante tener libertad y, aunque las letras digan tonterías, que la gente se divierta".

Con respecto a sus inicios musicales, Jarreau recordó a su padre, que era predicador y una especie de tenor irlandés, un buen cantante que reunía a sus hijas e hijos en el comedor para escuchar discos de Fitzgerald, entre otros músicos. Cantaban en el salón y él se quedaba escuchándolos cuando era un niño. "Aprendió un montón de cosas".

Para él, América, los "jazzadores", fue un embajador para el mundo. "A pesar de que en Estados Unidos se estaba viviendo un poco de represión contra los afroamericanos, el jazz daba la posibilidad de libertad, por su improvisación. Incluso en otros países de Europa, como Bulgaria y otros países del Este, la gente se encerraba en los armarios para escuchar lo que se hacía en Estados Unidos, que era como una puerta nueva a la libertad".