De Francisco Alonso Siliuto sorprende la vitalidad y lucidez a sus 83 años. Pasó una infancia "feliz" en la casa familiar del número 10 de la toscalera calle de San Antonio, cuya rehabilitación aprobó esta misma semana el Consejo Rector de la Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz con un presupuesto de 95o.000 euros para albergar la futura casa de la Juventud.

"Cuando lo vea me lo creo", asegura quien trabajó cuatro décadas en Obras Públicas, ante el anuncio de que los trabajos comenzarán a mediados de agosto y concluirán antes de final de año "porque se sabe cuándo se empieza, pero no cuándo se acaba". Manifiesta su "tristeza" al comprobar "in situ" el estado lamentable del inmueble. Sin embargo, mantiene la esperanza de ser testigo de la recuperación del edificio para destinarlo a los jóvenes. Tiene tres deseos: "Ver el proyecto, poder entrar y, sobre todo, recuperar la cubierta de teja a dos aguas característica de la casa".

"Nací aquí en 1931 y viví hasta 1963.", apunta Siliuto, orgulloso de su apellido de origen italiano. Sus abuelos habían llegado en 1924 y sus padres tuvieron seis hijos -es el mayor-. Casa Lázaro, Casa Siliuto, Gráficas Alonso, Niño Jesús de Praga... Todos los nombres valen para identificar este inmueble de El Toscal. Sus paredes, con usos tan diferentes como hotel, litografía o colegio, han visto pasar buena parte de la historia del Santa Cruz del siglo XX.

El maestro de obra catalán Federico Solé levantó este edificio de estilo ecléctico, cuyo promotor Manuel Lázaro le dio el primer nombre.

"El edificio fue hotel hasta la segunda década de los cuarenta. Su fantástico patio y el comedor se convirtieron en lugares de encuentro y grandes banquetes para intelectuales y lo más granado de la sociedad, tanto republicana como posterior. Aquí se hospedaron personajes tan importantes como el escenógrafo italiano Rodolfo Rinaldi". Unos años más tarde dejó paso a una litografía familiar, Gráficas Alonso, pero a la posteridad pasó como Casa Siliuto.

"Mi padre, Francisco, murió en 1962 y al año siguiente se alquiló al colegio Niño Jesús de Praga, que estuvo allí hasta los 80. Y luego empezó el declive, pese a ser BIC".

Siliuto ha sido actor y director de documentales -la casa fue también plató- de un cine "diletante y altruista". Resume la etapa reciente: "Desde los noventa está abandonado y en deterioro. En 2003 me enteré por un amigo que El Día había publicado que el ayuntamiento nos la había comprado. Y era verdad".