El fundador del Centro Canario Nacionalista (CCN), Lorenzo Olarte, anunció ayer su "irrevocable" decisión de desligarse "por completo" de esta formación política en un escrito en el que ha acusado a su presidente, Ignacio González, de dirigirlo "como si de su finca particular se tratara, en exclusiva y unilateralmente".

Lorenzo Olarte manifestó su "absoluta discrepancia" con el "estilo y forma" que desde hace "mucho tiempo" mantiene Ignacio González, a quien critica que "jamás" haya recabado previamente a su "omnímoda decisión" el parecer de los militantes, del órgano ejecutivo o de cualquiera de los órganos máximos del partido. También le reprocha al presidente del CCN que la "totalidad" de sus decisiones, o sus intervenciones dentro del grupo parlamentario de CC, "hayan sido siempre por su exclusiva y libérrima voluntad y decisión, sin consultar previamente con ningún órgano del partido, ni con ninguno de sus miembros".

Otro de los motivos que ha llevado a Olarte a tomar esta decisión, según expone en su escrito, es la autonominación de Ignacio González como candidato a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife, algo que califica de "corruptela" por "no haber contado con nadie ni haber prestado órgano alguno del CCN su conformidad".

Según el expresidente canario, lo mismo se ha venido haciendo con la designación de los candidatos a las próximas elecciones, que también se han llevado a cabo "contrariando los Estatutos del CCN y sin propuesta ni debate previo alguno". Lorenzo Olarte también acusado al líder del CCN de haber tenido "absolutamente abandonada" a la isla de Gran Canaria para pensar "solo" en la captación de votos tinerfeños para su candidatura a la Alcaldía.

El fundador del CCN ha revelado, además, que días antes del fallecimiento de Adolfo Suárez, propuso a Ignacio González que el partido concurriera en coalición con los "suaristas", especialmente en Gran Canaria, a lo que se negó porque eso significaba "nada en Gran Canaria ni en ninguna de las demás islas".

En consecuencia, Lorenzo Olarte considera "obvia" su decisión de romper "tajantemente" con un partido que "ni es ya el que ilusionadamente" creó desde el "suarismo" al abandonar Suárez la política, "ni sigue las normas estatutarias propias de un partido democrático".