Es una de tantas denominaciones de la isla caribeña de Puerto Rico, y posiblemente una de las tierras con más canciones dedicadas, en todo tipo de géneros musicales, incluidos grandes tenores como Alfredo Kraus, el peruano Juan Diego Flores, y muchos otros. Inolvidables y bellas estrofas como: "Preciosa te llaman las olas del mar que te bañan, preciosa...", palabras que dedico desde esta atalaya de Candelaria a mi buena amiga Luisita Bonilla, su marido Ricardo y su hermano Juan. Ella es una auténtica enciclopedia, se sabe miles de canciones y suele cantarlas a tono.
Quien ha cantado maravillosamente a esta isla es el famoso trío Los Tres Reyes, que lleva más de 60 años en el candelero. Comenzaron muy jóvenes los gemelos Raúl y Gilberto Puente, desde los diez años su padre les había comprado sus primeras guitarras, y aunque les exigía que primero estudiaran, permitió que practicaran con ellos y con un poco de ayuda se convirtieron en virtuosos de los instrumentos. Gilberto, con su requinto, es para mí el mejor de todos lo que han tocado esta pequeña guitarra, y su flexibilidad, ligereza y limpieza en la ejecución, junto a la armonía y los conocimientos de la melodía le han hecho insustituible. Ambos tienen además buenas voces, a las que después de varios años, allá por el 58, se unión la primera voz más completa que recuerdo, la de Hernando Avilés, que, por cierta desavenencia en el Trío Los Panchos, se marchó y fue captado por los Puentes, aportando además de experiencia, muchos conocimientos musicales y nuevas melodías, que permitieron al grupo ser mundialmente conocido, no tan renombrado como Los Panchos, pero sí con trabajo y tesón ser el relevo de un precioso género musical.
En 1986 falleció Avilés, que tuvo momentos muy duros en su carrera. Pese a que encontraron buenos soportes para la primera voz, con un sorprendente y cálido Bebo Cárdenas, también ocuparon ese puesto otros buenos cantantes, como Albino, Leonel, Luis Villa y una mujer, Cheíto González. Los Puentes estuvieron un tiempo alejados de la actividad, pero las canciones formaban parte de sus vidas, y en la actualidad continúan adelante, gracias, según dice Gilberto, a un canario que tuvo mucho que ver.
Son mejicanos, se les conocía por los de Nuevo Laredo en Tamaulipa, pero en realidad eran de Nuevo León. Cuentan que con 21 años ya tenían su buen grupo formado, y que un día fueron a oírles cantar Los Panchos. Avilés les dio cien pesos por la actuación, y quien les iba a decir que años más tarde se incorporaría al trío.
Han llenado su vida con una inmensa cantidad de bellas y románticas canciones, y su legado artístico continúa. Son uno de mis grupos favoritos y todavía conservo algunos de aquellos vinilos que grabaron, pero ahora en Internet puedo ver sus actuaciones y conciertos cuando me plazca, y es una gozada escucharlos.
Han viajado por el mundo y actuado en infinidad de países, y en España han estado en varias ocasiones. Nunca tuve oportunidad de oírlos en directo, pues cuando recalaron en Canarias, andaba de viaje de trabajo y perdí una oportunidad de oro. Estuvieron en las islas capitalinas y fueron muy bien recibidos, pero no puedo asegurar en qué fechas. En algunas entrevistas captadas en el mundo cibernético hablan de un canario que fue coautor de su continuidad, pero me ha sido imposible averiguar su nombre. Por fechas y comentarios puede ser el compositor canario ya fallecido Óscar Rivero Estupiñán, que fue coautor del popurrí dedicado al grupo.
Entre tanto visionado de vídeos, me encontré con una especie de homenaje hecho por Los Tres Reyes a Los Panchos. Gilberto, con una recopilación de sus mejores canciones que une en sucesión de continuidad pide que nunca se olvide el gran legado, y es francamente bonita la forma en que componen ese popurrí, convirtiéndola en una verdadera antología de respeto y cariño que les profesaban. Dura unos veinte minutos y en ese tiempo resumen su larga vida. Es un deleite escuchar el romanticismo, la belleza, la sutileza y el delicado arrobamiento de tanta musicalidad. Deben ser un ejemplo para nuevas generaciones, pues además de cantar bien, han demostrado tener categoría y señorío como los grandes artistas.
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