El alemán Nico Rosberg (Mercedes) reforzó su liderato en el Mundial de Fórmula Uno al ganar ayer, en casa, el Gran Premio de Alemania, disputado en Hockenheim, donde su compañero inglés Hamilton firmó la gran remontada para acabar tercero y Fernando Alonso (Ferrari) fue quinto.

Rosberg, que había arrancado primero, lideró la prueba de principio a fin y ganó tras cubrir las 67 vueltas a la pista alemana en un tiempo de una hora, 33 minutos, 42 segundos y 914 milésimas, a una media de 195,2 km por hora.

El alemán, que el sábado había firmado la novena "pole" de su carrera -la quinta del año- ganó por delante del finlandés Valtteri Bottas (Williams), que repitió el segundo puesto de Gran Bretaña, hace dos semanas, y firmó su tercer podio en F1 en tres carreras; y de Hamilton, que salió vigésimo y minimizó pérdidas.

Lewis venía de ganar en Silverstone "su" Gran Premio y había sido protagonista el sábado, al estrellarse en la primera ronda de la calificación (Q1), tras romperse el disco del freno delantero derecho de su monoplaza.

El percance le impidió salir en la Q2 y ayer iba a arrancar decimoquinto, pero tras sustituir su caja de cambios, perdió cinco puestos más en parrilla. Así que, sin la temida lluvia, pero con el correcto uso de neumático como principal preocupación para todos, el inglés hizo buenas las expectativas y firmó otra espectacular actuación el día que Rosberg firmó su cuarto triunfo del año, el séptimo en la categoría reina del motor.

Que por poco no acabó en el séptimo doblete del curso para la arrolladora Mercedes, ya que Lewisse lo puso difícil al final a Bottas, que a su vez defendió con maestría la segunda posición desde la que arrancó y se confirmó como una de las revelaciones del año.

Y si Bottas fue de nuevo la cara de la moneda, su compañero brasileño Felipe Massa representó la cruz. Al igual que hace dos domingos en Silverstone, el paulista, que salía tercero, no completó ni una sola vuelta, al sufrir un accidente en la salida, tras chocar con el danés Magnussen (McLaren), que a diferencia de él, sí pudo seguir.

Magnussen acabaría noveno, por detrás de Jenson Button y por delante del mexicano Sergio Pérez (Force India), que volvió a los puntos en una carrera que, a sabiendas de que Nico solo dejaría de ganar por desgracia o avería, resultó muy vistosa.

Rosberg había afirmado que ganar en Hockenheim sería ponerle la guinda a una racha inigualable. Sin ganas de que cesase la música, hizo sonar de nuevo el himno alemán en su país, un año después de que lo hiciese, aunque en Nürburgring, Vettel (Red Bull).

Alonso, que libró numerosas batallas, resolvió a su favor la última con Ricciardo -al que relegó al sexto, por delante del alemán Nico Hülkenberg (Force India), séptimo al final-, fue quinto en un coche al que el mítico Niki Lauda definió como "una mierda". El austriaco, que ganó dos de sus tres mundiales con Ferrari, escudería en la que fue santo y seña hasta la irrupción de Michael Schumacher, se expresó así en entrevista que publica en El País.