En las postrimerías de la década de los 50 del pasado siglo, Julio Fernández, en las páginas de su inolvidable y popular semanario deportivo Aire Libre, dijo: "Antes repartía tortas sobre el ring y ahora reparte cartas y cordialidad en una entidad bancaria". Se estaba refiriendo a Francisco Gómez Muñoz, léase "Zurdo Price", que acaba de cumplir 80 años. Es el campeón de España más longevo del pugilismo canario. Cuando lo saludan saca a relucir la sonrisa que siempre lo ha caracterizado. Hoy sigue teniendo el mismo gracejo y la memoria de siempre:

"Yo nací en Alicante, pero cuando tenía siete años vine a Tenerife porque a mi padre, que era funcionario de Correos, le trasladaron a esta capital. Aquí me empecé a entusiasmar con el gofio. Me di cuenta de que me fortalecía y que me mantenía en plena forma. Ya de chiquillo tenía ganas de guerra, era un peleón. Y aquel ímpetu me lo empezaron a canalizar en la popular Sala Price, ubicada en la calle Calvo Sotelo. Recuerdo lo primero que me dijeron antes de calzarme los guantes: en el boxeo hay que defenderse y encajar los mínimos golpes. Nunca olvidé aquella frase. Me la dijo un joven preparador, René y, más tarde, me la amplió Longino Hernández, aquel mítico preparador que encauzó los primeros pasos del irrepetible Juan Albornoz, Sombrita".

Allí, en aquel céntrico y concurrido gimnasio, auténtico vivero de boxeadores isleños, en la citada Sala Price, el inefable Longino se percató de que aquel jovencito, pequeñito y fornido, tenía madera y que servía para un deporte tan duro y sacrificado como era el pugilismo.

"Longino", sigue recordando nuestro personaje, "me amarró la mano izquierda para que me defendiera, para que empleara la derecha, que casi siempre la mantenía inactiva en los entrenamientos. Yo era zurdo y, al principio, me costó muchísimo activar mi puño diestro. Y por esa circunstancia me bautizaron para el boxeo, así, Zurdo Price", explica.

Cuando contaba diecisiete años y con apenas seis combates disputados, algunos de éstos en el Tinguaro, emplazado en la trasera de lo que es hoy el Edificio Olimpo, Zurdo Price es seleccionado para concurrir a los Campeonatos Nacionales de Boxeo Amateur que iban a celebrarse en Madrid, en 1951.

"Aquello fue una odisea. De Tenerife a Cádiz, en barco, estuvimos casi dos días y viajamos en cubierta donde, por las noches, nos tapábamos con lonas para evitar el frío y poder dormir. Y después, en tren -en tercera, porque el presupuesto era escasísimo- hasta Madrid donde llegamos llenos de carbonilla. En la capital de España me proclamé campeón nacional de los pesos moscas. Vencí en la final al madrileño Castellanos. Era el primer púgil canario que conseguía tal título, con límite en la báscula de 50 kilos. Y mis paisanos José Antonio Martín, pero intermedio; y Domingo Mena, como peso medio, también lograron el cinturón nacional, mejor dicho, lo revalidaron porque el año anterior, en Bilbao, lo habían conseguido por primera vez.. Hay que imaginar el éxito de la Federación Tinerfeña al enviar a tres representantes y que éstos regresaran con sendos títulos nacionales. Yo nunca podré olvidar cuando, con tan escasos combates, me entregaron la copa de campeón de España. En fin, a los pocos meses fui internacional ante las selecciones de Suecia y Finlandia", comenta.

En septiembre de 1958, Zurdo Price debutó como profesional, ahora militando en los pesos welters, enfrentándose al temible y rocoso púgil grancanario Cabrerita Gil, al que venció, en un excepcional combate, por puntos. En su corta pero interesante carrera profesional, Zurdo Price se distinguió por su coraje, por su bravura y por su espíritu de lucha.. Y tuvo como rivales a los púgiles más sobresalientes de la época: a los peninsulares Antonio Martín, Carerach, Kid Marcos, García Tirado y Luis Magro; al grancanario Lelo Suárez y a los franceses Fernand Morin y Jean Biosca , entre otros. "Yo nunca combatí por dinero. Siempre subí al ring por pura afición, por rivalidad. Yo me ganaba la vida, primero, como empleado de banca y, más tarde, de Correos. Como rentado del cuadrilátero, y gracias a Dios, no conocí las tinieblas del k.o. Nunca defraudé porque intenté estar siempre bien preparado. Y tengo que confesar que, algunas veces, recibí fuertes trompadas como decimos los chicharreros", indica.

Zurdo Price fue protagonista de una etapa muy recordada en Tenerife. Solo mencionar los nombres de sus contemporáneos bastaría todo tipo de comentarios: Ramón Almenara, Chicho. Ángel Chinea, Luis Quintero, Juan Albornoz "Sombrita", Domingo Cabrera, Frank García, José Antonio Nazco, Domingo Mena, Mario "Lagunero", etc.

Manuel Villate, uno de los presidentes más completos que ha tenido el boxeo tinerfeño, nos dijo en una ocasión: "de Zurdo Price tengo que destacar su docilidad y su educación. Jamás puso pegas en los cruces de sus combates. Por muy difícil y peligroso que fuese el rival, nunca se arredró. Siempre aceptó de buena gana a sus adversarios a los que siempre respetó. Y que yo recuerde nunca discutió con los promotores la cuantía de sus respectivas bolsas a percibir".

Nuestro compañero, ya desaparecido, Joaquín Martínez del Reguero, gran aficionado a este olímpico deporte de contacto, le preguntó en una ocasión: ¿Si tuvieses todos tus combates filmados, cuál te gustaría ver? Zurdo Price le contestó: "El que sostuve con Cabrerita Gil en mi debut como profesional, en aquel añorado Frontón Tenerife, que estaba abarrotado de público".

Ya han fallecido los púgiles canarios que fueron pioneros en conseguir títulos nacionales, es decir, Jeremías y Young Ciclone, de Las Palmas; y Domingo Mena y José Antonio Martín, de Tenerife. Por todo ello, a Zurdo Price se le puede considerar como el campeón más longevo del boxeo en Canarias. Fue el primer campeón de España, en el peso mosca, que tuvo nuestro Archipiélago. Obtuvo el título con 17 años, en Madrid, en el año 1951. Ahora acaba de cumplir 80 años y cuando nos saluda saca a relucir la sonrisa que siempre le ha caracterizado.