Cerca de un centenar de palestinos y 13 soldados israelíes murieron ayer en la jornada más sangrienta de la actual ofensiva de Israel contra Gaza, que podría convertirse en un punto de inflexión para acabar con una guerra que ya ha segado la vida de más de 430 personas, en su mayoría civiles gazatíes. La mayor masacre hasta el momento se produjo en el barrio de Shahaiya, donde más de 60 personas murieron en un intenso bombardeo de más de 10 horas de la aviación, la Marina de guerra y la artillería y los carros de combate israelíes.

Cientos de casas destruidas, ambulancias y coches reducidos a amasijos retorcidos y carbonizados, árboles tronchados y decenas de cadáveres tirados por unas calles en las que una vez transcurrió la vida y que ayer eran un mar de cascotes y muerte. Un drama esculpido a golpe de dolor, esquirlas, pólvora y sangre en los rostros de aquellos heridos que, como un desfile de zombies, trataban de llegar a pie, o en brazos de familiares y voluntarios a las atestadas ambulancias.

Una huida hacia ninguna parte segura en una franja con todas las puertas selladas y las escuelas albergues de la ONU abarrotadas, con 75.000 almas desplazadas, un 50% más de lo que al inicio del conflicto esperaban.

Nada más conocerse los detalles de la dramática jornada, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, anunció que viajará a Oriente Medio para negociar un cese de hostilidades.

El Consulado General de España en Jerusalén, en coordinación con la Unidad de Coordinación de Accesos de la ONU, organizó la salida voluntaria de Gaza de 51 ciudadanos españoles y 14 familiares directos palestinos. En concreto, los españoles y sus familiares fueron trasladados en dos autobuses desde el paso de Erez, en el norte de la Franja de Gaza, hasta la frontera con Jordania, donde personal de la Embajada de España en Amán les ha trasladado hasta un lugar seguro de la capital jordana.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó ayer su "grave preocupación" al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, por el número creciente de muertes de civiles palestinos en Gaza y la pérdida de soldados israelíes. En su segunda llamada telefónica en tres días a Netanyahu, Obama discutió la operación militar israelí en la franja de Gaza, reiteró la condena de EEUU a los ataques de Hamás contra Israel y "reafirmo el derecho de Israel a defenderse", según informó la Casa Blanca en un comunicado.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, también condenó en Doha el "terrible" ataque del Ejército israelí en el barrio gazatí de Shahaiya, en el que murieron al menos 62 palestinos y 13 soldados israelíes. En una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Exteriores catarí, Jaled ben Mohamed al Atiya, Ban, de visita en Doha, pidió a las dos partes del conflicto respetar el derecho humanitario y a Israel "contenerse y proteger a los civiles en Gaza".

A última hora, las "Brigadas Azedín al Kasam", brazo armado del movimiento islamista Hamás, anunció la captura en combate de un soldado israelí.