El presidente del Gobierno y el de la Generalitat de Cataluña, Mariano Rajoy y Artur Mas, se verán finalmente el 30 de julio en el Palacio de la Moncloa, el primer encuentro público entre ambos, cara a cara en un despacho, desde el 29 de agosto de 2013, hace casi un año.

La cita se produce después de la petición por correo electrónico hecha por Artur Mas el 11 de julio y a la que respondió Rajoy con una llamada de teléfono. Los dos decidieron que sus equipos buscasen una fecha en sus respectivas agendas para verse, momento que se ha retrasado hasta final de mes, en vísperas justo de las vacaciones.

No ha trascendido si hay un guión previo para ordenar la conversación o no, si además del interés de Mas por organizar una consulta independentista el 9 de noviembre, ambos dirigentes hablarán de financiación autonómica, de inversiones o infraestructuras. Según el presidente catalán, el referéndum no será el único asunto sobre la mesa.

DE REOJO

Rajoy y Mas se reunieron por última vez hace casi un año, a finales de agosto de 2013, un encuentro secreto en Madrid que no dio pie a nuevas convocatorias. De hecho, si se han vuelto a ver ha sido porque el trabajo les ha hecho coincidir y aún así, en alguna ocasión se han evitado, como en el Foro de Marcas Renombradas Españolas el pasado abril en Barcelona.

La última ocasión en que se encontraron, aunque fugazmente, tuvo lugar con motivo de la proclamación de Felipe VI. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, aseguró que ya entonces Mas propuso a Rajoy que se vieran, pero el presidente del Gobierno no confirmó que hubiera sido así.

Rajoy ha recibido mientras tanto a la plataforma Sociedad Civil Catalana; antes, además, habrá tenido tiempo de verse con el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aunque esta cita no está por el momento prevista. El presidente siempre ha defendido la unidad de acción con los socialistas en este terreno y ha elogiado en público la sintonía con el líder saliente, Alfredo Pérez Rubalcaba.

DISTANCIA

El presidente del Gobierno lleva meses reiterando que siempre está dispuesto al diálogo, pero nunca sobre algo ilegal y eso es lo que a su juicio constituye la convocatoria de referéndum lanzada para el 9 de noviembre. Explica además una y otra vez que no puede negociar sobre lo que no está en su mano, porque él no puede disponer de la soberanía nacional, que es única e indivisible según la Constitución.

Rajoy ha procurado mantener el tono de distancia y el contenido de sus declaraciones en todo este tiempo. Una vez anunciado el encuentro con Artur Mas y ante la Escuela de Verano del PP, rebajó las expectativas --"hablaremos, pero no voy a hacer aquello que ni puedo ni debo hacer"-- y se descargó de responsabilidad por la situación: "Yo sé que hay un problema, sé que hay que afrontar el problema, pero las cosas se piensan bien antes de hacerse porque luego pasa esto. En cualquier caso, hablaremos".

El presidente también ha dejado claro en público varias veces que se enteró por los medios de comunicación de la fecha del 9 de noviembre y de la redacción de las dos preguntas acordadas por los promotores de la consulta.

PASOS HACIA LA CONSULTA

En el último año, tampoco ha alterado en público sus argumentos Artur Mas y las instituciones catalanas han ido dando pasos hacia la organización de la cita: la aprobación de una ley catalana de consultas, la compra de urnas para recibir las papeletas o la organización del censo electoral.

Hace dos semanas, el presidente catalán se avino a cambiar la fecha y la pregunta de la consulta si Rajoy aceptaba la convocatoria, y tuvo que llamar al día siguiente a sus socios en esta empresa para tranquilizarles, reafirmar la unidad de acción e insistir en que cualquier cambio será consensuado con ellos.

Artur Mas ha reconocido que las posiciones entre ambos presidentes "son muy divergentes", pero confía en que la reunión pueda servir para algo; entre otras cosas, porque asegura que la consulta no será el único tema que estará sobre la mesa.