El Gobierno de Canarias ha aprobado hoy el proyecto de decreto por el que se declara la delimitación del Bien de Interés Cultural (BIC) del Barranco del Muerto, en Santa Cruz de Tenerife, que contiene una estación con uan treintena de paneles con inscripciones rupestres.

El BIC tiene categoría de Zona Arqueológica y según explicó el portavoz del Gobierno, Martín Marrero, en rueda de prensa, se trata de unos grabados rupestres en los que predominan la técnica de la incisión y escasos ejemplos de piqueteado.

La delimitación del ámbito de protección se justifica por la necesidad de preservar uno de los primeros conjuntos de grabados rupestres conocidos en la isla de Tenerife, con una variada representación de motivos esquemáticos y figurativos.

Un tramo del barranco cuenta con una estación de cazoletas y canales ubicada en el interior de una oquedad natural.

La filiación prehispánica de estos grabados es indudable con representaciones de embarcaciones que se interpretan por el contacto con navegantes europeos en tiempos próximos o contemporáneos a la conquista de la isla, añade el Gobierno.

El yacimiento se localiza en el borde superior de la margen derecha del Barranco del Muerto, a unos 100 metros al sur de la Autopista TF-1, mientras que por el este se extiende una rampa hacia el mar y el cauce de Barranco Grande, ocupada por antiguas terrazas de cultivo cubiertas, en la actualidad, por un magnífico ejemplo de tabaibal dulce.

El sector inferior del ámbito propuesto como Zona Arqueológica está constituido por una estación de grabados rupestres que tiene como soporte un pequeño afloramiento basáltico, integrado en coladas pleistocénicas de composición petrológica augítico-olivínica y sometido a un proceso de disyunción prismática que determina la existencia de superficies más o menos planas en los bloques pétreos que integran el conjunto, según informa el Ejecutivo.