El Pleno del cabildo de La Palma dio ayer conocimiento de un acuerdo institucional en el que se insta tanto a la Subdirección General de Seguridad Social de los Trabajadores del Mar como a la Subdirección General de Acción Social Marítima, dependientes de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social del Ministerio de Empelo y Seguridad Social, a crear y regular la figura del aprendiz de la pesca, tal y como reclaman las cofradías de pescadores.

En la declaración se advierte de que es muy difícil encontrar a un hijo o una hija de un agricultor o agricultora que no haya ayudado a su padre o madre en las labores agrarias. Esta colaboración entre generaciones "forma parte de nuestra cultura agrícola-ganadera, y sin duda, es clave para garantizar el relevo generacional de los sectores y muy importante en el proceso de aprendizaje de los jóvenes, en la que se aprende a valorar el esfuerzo". Sin embargo, esta estampa tradicional de la agricultura y ganadería, no es posible visualizarla en la pesca.

Los integrantes del sector pesquero profesional, representados por las Cofradías y Asociaciones de Pescadores, demandan que se pueda reproducir este lazo familiar en la actividad pesquera, para que sus hijos conozcan la dureza y bonanza de la actividad, pudiendo decidir, desde dentro, sobre su posible futuro profesional.

Es un hecho, que, décadas atrás, ante la ausencia de formación obligatoria, muchos integrantes del sector pesquero actual, iniciaron su oficio a través del proceso descrito, conociendo los “secretos” de la actividad pesquera con los consejos que les transmitían sus padres.

El problema se encuentra en muchos territorios del ámbito nacional, y radica en que cualquier persona que quiera iniciarse, por cuenta ajena, en la actividad pesquera, obligatoriamente debe realizar previamente acciones formativas, lo que "no una tarea sencilla, más aún cuando los centros formativos se encuentran alejados de los entornos pesqueros. La demanda para realizar estas acciones en los centros autorizados es muy elevada". Todo ello conlleva a que los jóvenes "tengan que dedicar varios años para poder completar esta formación obligatoria".

Para solventar esta situación, "creemos factible crear una figura, aprendiz de la pesca, que completaría la potencial tripulación de una embarcación pesquera". Esta categoría, que imprescindiblemente tendría que ser regulada dentro de las categorías profesionales comprendidas en el Régimen Especial del Mar, "se caracterizaría por poder ejercer la actividad pesquera profesional, por un periodo de tiempo y bajo la responsabilidad de su padre/madre o tutor, sin haber realizado la formación profesional obligatoria, con el objetivo de que adquiera ese aprendizaje ligado a la experiencia pesquera y que decida dirigir su futuro laboral de una manera objetiva".