Se conocieron hace algunos años. Cada uno traía a cuestas lo que tenía y lo que sabía. Se gustaron, se enseñaron los culos, se sentaron a hablar y tal, y les nació de lo más adentro la idea de hacer algo juntos. El resultado de este romance: una comedia.

"El enfermo imaginario", una coproducción de Delirium Teatro y Abubukaka, es una propuesta teatral disparatada que, más allá de la grandeza de su valor textual y cultural, estas compañías han sabido reinventar a partir de sus distintos métodos y gustos. El contrato entre ambas partes ha sabido recoger lo mejor de una y de otra, sin tirar nunca más para uno que para otro lado.

Solo así se puede explicar un montaje que mezcla la genial idiotez de los "abubukakas", su espíritu crítico y farsesco, con la simpatía natural de los "delirium" para la escena, con sus años de sabiduría. Ya les digo, la mezcla es la leche. Lo dicen todos y todas las que lo han visto, y con razón. La obra muestra fundamentalmente a un grupo de comediantes pasándoselo pipa, condición indispensable para representar cualquier comedia. Pero es que además, y no sé si en el fondo es lo más gracioso, presenciamos a un Delirium obligado a soltarse la melena y volverse loco, y a un Abubukaka menos disparatado, más teatral. O como dice el otro: "afundamentaditos". Unas risas, en serio.

Todo esto bajo la dirección de Severiano García, que ha sabido dejarse arrastrar por el huracán de los otros bichos, pero manteniendo siempre esa visión sencilla, culta y alegre del teatro. Hay imágenes bellísimas en ciertos momentos, como aquella danza macabra de la muerte tan bien dibujada en el sueño del hipocondríaco protagonista. Imágenes que no están propiamente en el texto, que se incluyen porque Seve García tiene ese talento para desentrañarlas o verlas. El otro día me contaba con toda la ilusión del mundo que había comprado no sé cuántas velas eléctricas para colocar en el proscenio de cada teatro en las próximas funciones de "El enfermo". ¡Después de más de veinte bolos por todo el archipiélago canario y hasta por el festival de Cáceres, él sigue creando y aprendiendo con cada nueva representación! ¡Espectacularrrrrr!

Por lo demás, los abubukakas están estupendos en sus papeles, aprovechando sus capacidades al máximo: canto, baile, guitarra, zancos y transformaciones alucinantes. A imitación de las compañías ambulantes del siglo de Oro, son ellos quienes interpretan los roles femeninos. Soraya G. del Rosario es la consagración de este cambaleo, quien tras su papel de Sofía Cuevas en la última obra de Antonio Tabares, se mete ahora en el alma de una criada traviesa con toda la gracia de una pícara canaria.

Este pasado viernes, "El enfermo imaginario" participó en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro (Ciudad Real), uno de los festivales escénicos más prestigiosos del mundo. No es la primera vez que esto ocurre con un montaje canario en Almagro, pero esperemos que no sea tampoco la última.