Sábado al mediodía del 19 de julio de 1797... Perdón, de 2014. En la Alameda del Duque de Santa Elena se produce, ante la curiosidad de los transeúntes, un cambio de guardia con uniformes y equipamiento del siglo XVIII. Así comienza el espectáculo "El desafío de Nelson" o, si lo prefieren, "Nelson''s Challenge".

Una veintena de personas vivirán una jornada diferente por la "ruta de Nelson", una mezcla de historia (bien contada) y acción (muy conseguida). Queda una hora y media trepidante en el universo del Santa Cruz del 25 de julio de 1797, justo cuando la flota inglesa, la más poderosa del mundo y al mando del contralmirante Nelson, amenaza con conquistar la plaza.

Enrique Bordón, de la empresa "Historia en Acción Tours", explica: "La idea surgió hace año y medio con diseño de Guillermo Ríos, pero es realidad desde el pasado mes de mayo. A la gente le encanta y creemos ofrecer un buen producto, en colaboración con la Asociación de la Gesta y la Tertulia del 25 de Julio". A partir de ahí, Bordón entrega el testigo a Leyko, guía y actriz, que se ha "empapado" el papel.

El grupo se adentra en las entrañas del Castillo de San Cristóbal para recibir la lección teórica. Leyko explica los antecedentes y el desarrollo de la batalla en las calles de Santa Cruz la noche del 24 al 25. El pequeño capitán Eduardo se sube al cañón "Tigre", del que partió la metralla que cercenó el brazo del marino inglés.

El traslado en la guagua-navío lo ameniza un vídeo de los cineastas Santiago y Teodoro Ríos -tío y padre de Guillermo- con imágenes de la recreación de 2008. La película permite "engancharse" al siglo XVIII.

El Castillo de San Juan o Negro, frente a la ermita de Regla, es la siguiente etapa, la de la clase práctica. Leyko advierte de que hay que tener cuidado, sobre todo con los niños. Sabía por qué lo decía.

En el interior aparece la reproducción del patio de armas de un castillo con espadas, mosquetones, balas de paja o leña. El marco ideal para la escenografía casi perfecta de los diez intérpretes de la Escuela de Actores que dan vida a los soldados defensores.

Los turistas vivieron una aventura propia de la época del General Gutiérrez. Lucha a sable por los insultos a una mujer en una partida de cartas; un soldado loco y desertor cargado de cadenas en la mazmorra; la mesa de trabajo del jefe militar llena de detalles. Los catres, la cocina, los candelabros... Todo como era entonces.

De repente, el toque a rebato llama a subir a la azotea y a disparar desde las almenas. El loco se escapa, empiezan los tiros, la pólvora echa chispas, hay heridos... Los niños se asustan, el grupo participa e, incluso, algunos toman las armas, mientras en la lejanía los que se bañan en el muellito miran curiosos y toman fotos.

Una vez recuperado el aliento toca volver a la guagua. Termina el tour y la sensación es que el túnel del tiempo devuelve a la época actual. Hasta la próxima, siglo XVIII.