La Fundación Canaria Doctor Barajas para la Prevención e Investigación de la Sordera, en colaboración con la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna (ULL), ha llevado a cabo este año un proyecto de investigación sobre la exposición al ruido en los adolescentes canarios cuya conclusión inicial ha sido que entre un 22% y un 30% de los jóvenes de entre 12 y 18 años se someten a niveles de ruido que pueden comprometer su sensibilidad auditiva.

Según detalla el propio el doctor Juan José Barajas "hay distintas actividades que producen ruido, televisión, música y dentro de esta cuenta mucho pertenecer a un grupo o asistir a conciertos o el uso continuado e inadecuado de los mp3. Todo esto contribuye a que la población joven , como nunca antes, esté expuesta a niveles de ruido".

Preguntado por si el resultado del estudio le ha sorprendido, el experto asegura que "las conclusiones "siempre sorprenden", aunque aclara que ya sospechaba que serían así.

"La contaminación por ruido no es ajena para nadie. Todo el mundo vive hoy en condiciones de ruido que pueden llegar a ser exagerados y ahora, con este estudio, lo hemos podido demostrar", confirma en doctor Barajas.

Y es que el estudio se ha realizado sobre una muestra de 198 estudiantes de Secundaria de todo el Archipiélago y más concretamente, a través de la realización de un inventario de actividades de ocio que permite evaluar la exposición al ruido diario y semanal.

Según la Fundación Barajas, los resultados muestran que no existen diferencias significativas en función del sexo, pero sí la edad y el lugar de residencia.

"Los adolescentes de mayor edad están significativamente más expuestos que los de los menores y El Hierro se ha determinado como la isla más silenciosa y Fuerteventura la isla en la que los participantes sufren una intensidad de ruido significativamente más alta que el resto", detalla la investigación.

Atendiendo a la distribución de los datos la Fundación Barajas concluye que al menos uno de cada cuatro adolescentes de las Islas están en contacto con intensidades acústicas por encima de los 85 decibelios que está considerado como el límite de riesgo de padecer algún tipo de daño auditivo.

"El mundo actual está orientado a personas oyentes y las que tienen discapacidad auditiva están intactas desde el punto de vista cognitivo, de su conciencia y de sus capacidades intelectuales, se encuentran muy condicionadas a poder interaccionar con los oyentes porque no disponen de recursos necesarios para poder comunicarse. No puede desarrollar su actividad profesional o relacionarse con la comunidad.