La segunda caja del avión de Air Algérie que se estrelló el pasado jueves en el este de Mali con 116 personas de quince nacionalidades a bordo fue hallada ayer por los equipos de rescate desplazados hasta el lugar, una zona de difícil acceso.

El dispositivo, encontrado un día después del hallazgo de la primera caja negra, es clave para esclarecer las circunstancias del accidente, causado, según las primeras hipótesis, por el mal tiempo reinante en la zona.

El primer ministro argelino, Abdelmalek Selal, ha vuelto a descartar la posibilidad de un atentado terrorista y ha insistido en las adversas condiciones climatológicas como la principal causa de lo ocurrido.

En una rueda de prensa, Selal declaró que la región donde se produjo el accidente "es tristemente conocida por las difíciles condiciones meteorológicas", que, según apuntó, pueden provocar unas corrientes de aire conocidas como "frente continental" que arrastran granizo y arena.

Asimismo, el ministro argelino subrayó que en dicha zona del siniestro no se tiene conocimiento de la existencia de células terroristas y agregó que en todo caso estos grupos no están equipados para alcanzar a un avión que vuele a casi 10.000 metros de altitud.