A pesar del contexto económico, el número de cirugías estéticas sigue teniendo una fuerte demanda, según un estudio realizado por Policlínica Barcelona que concluye que en el último año el número de operaciones de aumento, elevación o reducción de pecho han aumentado un 13% respecto al mismo semestre del año anterior.

Este tipo de intervenciones consisten en mejorar el contorno del pecho porque la mujer no se encuentra del todo satisfecha con su forma o volumen, aunque también se practica cuando hace falta equilibrar una diferencia en el tamaño de los senos, tras el embarazo, por grandes pérdidas de peso o como procedimiento reconstructivo tras una cirugía de cáncer de mama.

La intervención mamaria más demandada sigue siendo la de aumento.

Este tipo de cirugías son sencillas y con postoperatorios muy rápidos.

Las cicatrices son inapreciables y, hoy en día, prácticamente imposible de diferenciarlas de un pecho natural. De este modo, muchas mujeres se deciden a pasar por quirófano para solucionar problemas estéticos que pueden ser provocados por varios factores, siendo el embarazo y la lactancia el más común, seguido de las grandes pérdidas de peso y los defectos de nacimiento.

Su resultado consigue dar solución a problemas de autoestima que, en muchos casos, pueden arrastrarse durante décadas.

La reducción y elevación de pecho también son técnicas muy reclamadas.

La elevación suele ser más demandada en mujeres a partir de los 35 años, ya que por el paso de los años los senos van perdiendo el aspecto juvenil y la materia grasa y la elasticidad disminuyen.

Por otro lado, la reducción no suele venir motivada sólo por problemas estéticos sino que viene asociada también dolores de espalda y el cuello, dificultades en los movimientos, problemas respiratorios o problemas en la piel por el roce.