"Oiga, perdone, ¿se puede pasar por ahí?". La pregunta iba dirigida a los que se encontraban al otro lado de la calle La Palma, delante del enrejado que preside un tramo de la vía desde hace meses. Demuestra el despiste de muchos ciudadanos que se encuentran de frente con un cartel que les invita a dar la vuelta, al igual que sucede en la paralela, Doctor Allart, la antigua calle del Sol. En un juego de palabras "son calles en las que no sale el sol". Vecinos y comerciantes están "indignados" por el aislamiento. Reconocen que si hay peligro lo primero es la seguridad, pero aseguran que "esto se eterniza. Han pasado meses y nos tememos que pasarán bastantes más antes de que se arregle. Y mientras tanto no podemos transitar por nuestro barrio. Vamos camino de ser invisibles".

"A mis jefes les han dicho en el ayuntamiento que en seis meses esto será la leche. Pero, mientras tanto de qué comemos si desde el viernes (la visita fue ayer) aquí no ha entrado nadie". Lo dice la encargada de un negocio del entorno.

Jessica, empleada de la peluquería Shangai, en Doctor Allart, justo en la zona "aislada" desde la semana pasada cuando la Policía Local valló alrededor de un inmueble en supuesto mal estado. "Claro que afecta al negocio porque la gente tiene que dar toda la vuelta y se va sin entrar", asegura.

Francisco, propietario de la cafetería "La llave de las nubes" en el número 46 de la misma calle tiene doble problema porque también tiene acceso por La Palma. "Nos van a obligar a cerrar y lo he invertido todo aquí. Desde diciembre tenemos un problema y ahora otro similar. Ya le dije a quienes ponían el cartel que nos van a arruinar. La gente del país pasa por estas vías laterales para huir del Castillo, masificada y con mucho sol. Entra, le gusta y repite o recomienda. Ahora las han cortado y vamos camino de ser invisibles si esto se eterniza. Los chinos están cerrando sus negocios y se están marchando todos".

"En la obra de doctor Allart, explica una vecina, dejaron las planchas y las vallas tiradas. Los mayores tropiezan y se caen".

Desde su balcón, María Isabel grita: "Luchamos por tener una calle decente (La Palma) y nos la han vuelto a hacer. Esa reja es un foco de basura La gente se harta y quita la sujeción al suelo para pasar"

Otro vecino muestra su enfado "por la vuelta que tengo que dar para entrar en mi casa. Y para tirar la basura camino 500 metros".

La señalética no ayuda demasiado como explican en la perfumería Sabina, en la esquina con Valentín Sanz: "La señal está en altura y mucha gente no se da cuenta".

Paloma, de Vintage Store, junto a otra vecina responsable del mercadillo que se suele ubicar en la zona. Apunta: "Aquí hay quien no arregla su casa adrede y la deja caer. Algunos se jactan de que están por encima de la ley. El alcalde prometió 150.000 euros para este barrio que es el centro y una joya del patrimonio que están dejando pudrir. La imagen es lamentable, la de un vertedero: casas semiderruidas, vallas tiradas, rejas, basura, restos de botellón, malos olores..."

Aislados, encerrados, invisibles... Doctor Allart y La Palma son hoy calles donde no sale el sol.

La "casa de las fotos"

Todos los encuestados valoran la fachada del fondo, en la calle Nicolás Estévanez, como" la más fotografiada por los extranjeros entre rejas y basura. Es una vergüenza". Diego, de la tienda Reciclo, expresa molesto: "Retiramos los contenedores y los han colocado otra vez en la puerta. La gente en bicicleta no llega porque se prohibió desde Carnaval ir por el Castillo y ahora las dos vías están cerradas. Llevamos meses así y ahora otro derrumbe".