Las Gaviotas, la playa naturista de Santa Cruz de Tenerife, ha remontado el vuelo. Desde que el pasado año el Ayuntamiento acometiera las obras para asegurar parte del talud de piedra, la playa ha recuperado su aspecto y su actividad tras dos años cerrada.

El viernes a las 11.00 horas ya había más de 50 usuarios disfrutando de la playa, que ya pueden dejar el coche abajo porque se ha habilitado un aparcamiento, y que tienen dos contenedores y una papelera para contribuir a mantener la playa limpia.

Tienen hasta un grupo de alumnos de una escuela AR2 Surf Project, que aprovecha el oleaje de Las Gaviotas para "la iniciación" en el surf, según cuentan Adrián García y Nacho García.

No queda ni rastro del antiguo chiringuito, que cuando estaba cerrada (supuestamente) la playa se convirtió en un foco de basura y suciedad. El único rastro del mismo pueden ser unos gatos salvajes que se alimentan de lo que les da la gente y viven en la zona vallada. Y es que aún una parte de la playa que no se podido abrir debido al elevado coste de las obras.

Gustavo Núñez explica que la playa está mucho mejor, que el camión de la basura baja hasta la playa y que también suele venir la Policía Local. "Cuando había que dejar los coches arriba hubo algunos robos", explica.

Javier y Paloma, que llevan viniendo a la playa "toda la vida, treinta y pico años", en cambio, sí se quejan de la limpieza, pero más de las colillas que deja la gente y de que no limpien en la arena. "La mejor época de la playa era cuando no venía nadie y podías jugar al fútbol, venías a dedo...", recuerdan.

Además de la posibilidad de hacer nudismo, Las Gaviotas cuentan con la ventaja de ser una playa natural, protegida por las montañas, donde la arena no se levanta y molesta

Entre las desventajas, la existencia, dicen algunos usuarios, de perros sueltos de razas peligrosas a primeras horas de la mañana y la imposibilidad de comprar ni una botella de agua sin coger el coche. Algo que a nadie parece importar en este rincón natural.