Una patrulla de la Policía Local de La Laguna se enfrentó la tarde del pasado martes a una historia dramática en una vivienda del barrio de Los Andenes. Un individuo de 47 años mantuvo a su prima encerrada en un piso, sin acceso a la cocina, ni al teléfono durante un tiempo que la propia víctima no pudo precisar. Los alimentos que ingería la afectada, de 58 años, eran proporcionados exclusivamente por el arrestado. Cuando se detectó el caso, la afectaba hacía dos días que no recibía comida de su único familiar. Y la mujer únicamente salía de la "cárcel" para ir a cobrar a una entidad bancaria su pensión, que, además, tenía que entregar íntegramente al mencionado individuo.

El caso fue descubierto por una vecina, que alertó a los agentes municipales de que una mujer podía estar encerrada en una casa y recibiendo malos tratos.

Al llegar a la calle Juan Ramón Jiménez, los agentes observaron una puerta de barrotes metálicos y, detrás, otra de madera.

La mujer abrió la puerta de madera y los policías le dijeron que abriera la metálica, pero la respuesta fue que no podía, porque su primo, que no vive con ella, no la dejaba salir del piso, que está situado en un bajo.

Según el testimonio recabado por los funcionarios, el acusado, identificado como Alexis G.C., va "de vez en cuando" y le lleva la comida. En ese momento, llevaba dos días sin pasar por allí, según la afectada.

La mujer explicó que la había llegado a agredir, con golpes en la cara. De hecho, a la víctima de los malos tratos apenas le quedan dientes.

La patrulla de la Policía Local de La Laguna supo que la mujer solo sale a la calle los primeros días de cada mes para cobrar la pensión en un banco.

Además, para que el control pudiera ser absoluto, el acusado se quedaba con todo el dinero de dicha "paga" y volvía a encerrar a la prima en el domicilio.

Ante la situación, los agentes tuvieron que llamar a los bomberos para que les abrieran la puerta.

La víctima solo podía entrar a un habitación, un baño y un salón con sillón y televisor. La cocina y el otro cuarto, donde estaba el teléfono, se hallaban cerrados bajo llave.

La afectada explicó que no había llamado a las fuerzas de seguridad porque le tenía mucho miedo a su primo. Y, aunque hubiera querido, no tenía acceso a un teléfono.

La víctima no se acuerda desde cuándo sufre esta situación. De hecho, explicó que tenía una vivienda en Vistabella, pero que su primo la encerró en dicho inmueble de Los Andenes.

Los policías locales llamaron a una ambulancia para que su personal valorara el estado de la víctima.

Cuando los sanitarios atendían a la mujer, apareció el hombre, que finalmente acabó detenido en un estado muy nervioso.