Distintos usuarios de las playas de Radazul y La Nea, en la costa de El Rosario, denunciaron ayer la falta de agua en las duchas de unos espacios que apenas llevan usándose cuatro años, tras el acondicionamiento que, impulsado por el Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero, supuso una inversión superior a los cinco millones de euros.

Por ejemplo, Francisco y Vanessa, usuarios habituales, junto a sus hijos, de estas instalaciones, lamentaron que no exista ninguna ducha con agua en ninguna de las dos playas. "Claro que nos gustaría que hubiera agua, aunque fuera salada, para quitarte la arena. Ya luego te bañarías en casa", indicó Francisco.

Como alternativa, esta pareja propone que, si no se quiere gastar agua potable, se habilite algún mecanismo -una motobomba- que permita llevar hasta las duchas agua salada, pues "da pena" que unas infraestructuras tan modernas no se puedan usar.

Y en esta línea, también mostraron su contrariedad con la falta de agua Yane Rodríguez, Jaquelín Burgueño y Marie Burgueño, tres bañistas que acudían ayer, por primera vez, a la playa de Radazul y que se sorprendieron al intentar lavarse en unas modernas duchas que carecían de suministro.

De cualquier forma, la falta de agua no es nueva en estas dos playas de la costa rosariera. Distintas fuentes aseguran que, más allá de la inauguración, en julio de 2010, y unos meses después, el consistorio, como medida de ahorro y para evitar el derroche de agua potable, decidió cortar el suministro y dejó sin agua las duchas.

Y es que, como se puso en evidencia hace algunas semanas con los cortes noctunos, esta parte de El Rosario parece reñida con el agua. Por un lado, el consistorio necesita garantizar el suministro de las miles de personas que viven en la urbanización, y, por otro, también tiene que atender a los cientos de usuarios que cada día se acercan al litoral.

De momento, el ayuntamiento ha optado por la primera vía al entender que el recreo es secundario en este aspecto.