El profeta Isaías dice: "Guardar el derecho y practicar la justicia". Los primeros que alzaron la voz en defensa de los pobres fueron los profetas de Israel. Actualmente hay una ola de antisemitismo en Europa; Israel lucha en un entorno hostil y ha caído en la trampa de Hammas de atacar a la población civil buscando objetivos militares. Hammas es un partido islamista, apoyado por Irán, y es todo un ejemplo de corrupción apoyándose en el sufrimiento del pueblo palestino.

Israel es la única democracia real del entorno. Allí los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos y obligaciones. Muchas guerras le ha costado al pueblo hebreo la lucha por volver del exilio, cuando se recuperó del fascismo de la Segunda Guerra Mundial encontró su casa por mandato de Naciones Unidas, aunque no ha respetado las fronteras legales establecidas después de ser atacado en diferentes guerras.

Los primeros asentamientos judíos fueron pacíficos, pero para subsistir tuvieron que hacer la guerra y se hicieron fuertes, quizás demasiado fuertes en su entorno.

Hoy Israel debe guardar el derecho y practicar la justicia si quiere la paz, porque es lo suficientemente fuerte como para ejercer la justicia en su entorno. Pero no le será fácil en el corazón del mundo islámico. Es un pequeño país que le hace de freno a Occidente del radicalismo islámico.

Occidente desprecia a Israel, pero no se da cuenta de que el islamismo radical es invasor y no respeta ningún tipo de derechos, ni siquiera los derechos de sus propias conciudadanas con la sharía.

J. Alberto Reyes Cornejo

África, mísera y enferma, se expande

Por si el hambre, la sed, el desempleo y la miseria, además de los señores de la guerra y sus matanzas genocidas e impunes, fueran poco, ahora brota, o rebrota, el virus del Ébola en Liberia, Sierra Leona, Guinea Conakry y con riesgo de extenderse también por Kenia.

La OMS empieza a tomar medidas un poco tarde porque ya han fallecido cerca de 2.000 personas, 6 al día. Como ahora empiezan también a contagiarse blancos europeos y americanos, la UE empieza también a extremar precauciones y controles. ¿Alguien puede extrañarse de que sigan los africanos subsaharianos o centroafricanos huyendo a oleadas hacia la pulcra, rica y segura Europa occidental y central? Es inútil: ni vallas ni muros ni brazos de mar ni estrechos van a contener este dramático éxodo.

El imperio romano, y su extenso y militarizado limes, tampoco pudo taponar el proceso migratorio de los pueblos bárbaros o germánicos. Ni el Tratado de Shengen ni las policía aduaneras ni las afiladas concertinas ni una barrera de fuego que hubiese podrían sofocar y contener la desesperación ante las hambrunas, el desempleo, las sequías, las pandemias, el olvido y la más sangrante e injusta negación de la vida y el futuro.

La especie humana surgió en África, pero se niega a que sea su prematura tumba.

Agustín Arroyo Carro