Las autoridades del estado de Misuri, en el medio oeste de EEUU, acusaron ayer a "delincuentes" llegados de otras partes del país infiltrados entre los manifestantes de ser los autores de los disparos hechos contra la policía en los disturbios raciales registrados anoche en la localidad de Ferguson.

"Nuestros agentes fueron atacados con armas de fuego (...) Ni una sola bala fue disparada por los policías", explicó el capitán Ron Johnson, de la Patrulla de Carreteras de Misuri, en declaraciones transmitidas por las principales cadenas de televisión.

En la décima jornada de disturbios registrados en la pequeña ciudad situada a las afueras de San Luis, la capital, tras la muerte de un joven negro desarmado por disparos de un policía blanco, anoche fueron detenidas 31 personas y dos sufrieron heridas de bala, informó la Patrulla de Carreteras.

Pese al despliegue de la Guardia Nacional y la divulgación de la identidad del agente involucrado en la muerte del joven Michael Brown, de 19 años, no se ha logrado calmar la tensión en Ferguson.

Apuntó que en su mayoría, los vándalos no eran de la zona, y se habían desplazado a Ferguson desde lugares tan lejanos como Nueva York y California, ante la notoriedad nacional que están adquiriendo los disturbios del estado de Misuri.

Por otra parte, un ciudadano negro, cuya identidad no se ha revelado, murió ayer por los disparos de un policía en San Luis, en el estado de Misuri, a pocos kilómetros de Ferguson.

La Policía indicó que el fallecido, de 23 años, intentó robar en una tienda de comestibles armado con un cuchillo.