El Papa Francisco ha asegurado que en la Iglesia de Corea del Sur y en su historia "se ve como Cristo no anula las culturas" sino que, por el contrario, "las lleva adelante, a su cumplimiento".

Durante la audiencia general que celebra todos los miércoles, el Pontífice ha explicado su viaje a la península asiática y ha subrayado el mensaje: "Cristo no suprime el camino que, a través de los siglos y los milenios, recorren los pueblos que buscan la verdad y practican el amor a Dios y al prójimo. No abole aquello que es bueno".

Por el contrario, ha incidido en que la fe cristiana en la sociedad "combate y derrota al maligno, que siembra la cizaña entre hombres, que genera exclusión mediante la idolatría del dinero y que planta el veneno de la nada en el corazón de los jóvenes", según ha informado Radio Vaticana.

En este sentido, el Papa ha llamado la atención sobre la necesidad de orar por la reconciliación de las dos coreas, la del norte y la del sur, y por quienes todavía sufren las consecuencias de la guerra que las dividió en dos países distintos.

"Hemos rezado y continuamos rezando para que todos los hijos de la tierra coreana que sufren las consecuencias de las guerras y divisiones puedan recorrer un camino de fraternidad y reconciliación", ha explicado Francisco sobre su viaje a la región.

Por otra parte, ha resumido el mensaje de su viaje en tres palabras: "memoria, esperanza y testimonio". A juicio del Pontífice, la misión de la Iglesia en el país es la de ser "custodia de la memoria y de la esperanza".

"La Iglesia es una familia espiritual en la que los adultos transmiten a los jóvenes la anotrcha de la fe recibida de los ancianos, la memoria de los testigos del pasado se convierte en nuevo testimonio en el presente y esperanza de futuro", ha asegurado.

En este contexto ha situado los dos actos principales de su viaje a Corea del Sur, la beatificación de 124 mártires coreanos y el encuentro con los jóvenes, en el marco de la VI Jornada Asiática de la Juventud

"El joven es siempre alguien en busca de algo por lo que valga la pena vivir y el mártir, en cambio, da testimonio de algo por lo que vale la pena dar la vida", ha apuntado.