El hombre de 62 años que permanecía atrincherado en el interior de un bar de Zaragoza desde las 23:00 horas del lunes se suicidó minutos antes de las siete de la tarde de ayer, sin que la policía haya podido evitarlo después de veinte horas de negociación.

El hombre, Luis Pedro R.G., había sido, al parecer, abandonado por su pareja, a la que habría prestado dinero para pagar el traspaso del local en el que acabó con su vida, supuestamente con el arma de fuego de pequeñas dimensiones que portaba.

Tras una discusión con ella el pasado lunes, se atrincheró en un altillo del bar Maxi 2, ubicado en la calle La Salina de Zaragoza, local del que el equipo negociador trató sin éxito desde entonces de que saliera.

Según fuentes cercanas a la pareja, las razones que pudieron llevar a este hombre a encerrarse en el bar son sentimentales y económicas, puesto que había sido recientemente abandonado por ella después de que le hubiera prestado entre 30.000 y 40.000 euros para pagar, precisamente, el traspaso de este local.

No obstante, una portavoz de la Policía Nacional remitió a la investigación que se ha abierto sobre las causas que le han llevado a este desenlace y recordó que durante la negociación Luis Pedro R.G no formuló ninguna petición concreta sino algunas cosas "banales", como cigarrillos, y también hablar directamente con sus familiares.

Tras un encierro -sin rehenes- que se prolongaba 19 horas, los agentes decidieron entrar en el bar porque se habían agotado ya "todas las posibilidades de negociación", la situación estaba "estancada" y no se percibían "avances".

Cuando accedieron al interior, dispararon dos cargas aturdidoras y varias ráfagas de cargas de gas con el objetivo de aturdir al hombre y conseguir que desistiera.