Su mesa está inundada de papeles que están pendientes de firmar, carpetas con propuestas quiméricas y estadísticas. Números y más números que tienen que ver con la gestión del Auditorio de Tenerife, con facturas abonadas a un promotor o balances por cuadrar. Esa es la fotografía de la mesa de trabajo de Cristóbal de la Rosa, consejero de Cultura y Patrimonio del Cabildo de Tenerife, antes de hablar de arqueología, de proyectos que están por acometer, de cómo la crisis está "maltratando" al sector cultural tinerfeño.

¿No resulta un poco extraño que alguien salga de "picnic" y acabe descubriendo un buen número de momias guanches?

Más allá de lo que yo pueda opinar sobre esa extraña ocurrencia, desde el punto de vista institucional eso no pasa. Cualquier persona que realiza un hallazgo casual de un resto arqueológico lo tiene que comunicar de inmediato a las autoridades y esta situación aún no se ha dado. Resulta improbable que una persona que sale a merendar al campo acabe descubriendo unos restos arqueológicos que tengan cierta relevancia científica.

Hay voces especializadas que critican la ausencia de medidas de seguridad en los yacimientos arqueológicos de Tenerife; que en Gran Canaria, por citar un ejemplo cercano, sí que se ha actuado con más decisión.

Ojalá pudiéramos tener recursos económicos y humanos para llevar a cabo una vigilancia mucho más eficaz del patrimonio arqueológico que sigue expuesto a unas condiciones naturales en la Isla de Tenerife. Esto no es asumible no solamente por una cuestión de presupuesto, sino por un problema que tiene que ver con la dispersión geográfica de esos puntos. Además, es importante recordar que el comportamiento de los guanches no fue el mismo que el de los aborígenes de Gran Canaria. Esos cambios en los modelos de conducta no nos ha permitido focalizar mejor un patrimonio que en Las Palmas sí que han podido optimizar. No obstante, acabamos de cerrar una colaboración con el Ayuntamiento de Tegueste, y en otra parte con el de La Laguna, para llevar a cabo una actuación conjunta en el Barranco Agua de Dios. Eso nos va a permitir abrir un centro de interpretación que se complementará con una serie de visitas a la zona guiadas por expertos. Además, en el sur de la isla, entre San Miguel y Arona, hemos incoado un expediente para desarrollar una interesante actividad científica en un BIC arqueológico que tendrá una extensión considerable.

¿Existe la intención de mejorar, o cambiar, la distribución de las instalaciones museísticas destinadas a esta actividad?

En los próximos años veremos un trayecto expositivo muy importante en relación al mundo aborigen y la momificación. Esto, que ha sido un tema muy recurrente en los últimos años por las fuertes discusiones que hemos tenido con otros museos para recuperar determinadas piezas, se convertirá en una realidad gracias a la gran labor que desarrolla Amaya Conde y sus colaboradores.

¿Por qué ha costado tanto recuperar algunas de esas piezas?

Ese es un asunto en el que siempre aparece un motivo para la discusión, pero eso es algo que no solo ocurre en España sino en todo el mundo. Una pieza que salió de la Isla en un momento en el que no existía el actual entramado legislativo debe volver o no, en qué condiciones y para qué objetivo... La postura del Cabildo de Tenerife es inamovible porque el mejor museo que existe en el estado español sobre la cultura guanche está aquí. Eso es una razón de peso para exigir su devolución. Entiendo el discurso centralizado que defiende que es una apuesta por aglutinar en un solo espacio la mayor cantidad de tesoros nacionales, pero hay cosas que están sujetas a una negociación entre dos partes que buscan el mismo fin.

Una de sus responsabilidades de gestión es el TEA Tenerife Espacio de las Artes, ¿se encuentra este centro de exposición en el punto que usted deseaba tras la etapa inicial que consumió Javier González de Durana?

Estamos en el punto en el que queremos estar. Los tres primeros años fue él quien ejerció un control que decidimos modificar por un modelo de gestión en el Antonio Vela, Yolanda Peralta e Isidro Hernández codirigen este centro. Su apuesta por buscar un acercamiento por la producción canaria sin renunciar a unos criterios de calidad es positiva para el TEA.

¿Hacia dónde debe evolucionar el TEA en los próximos años?

Que haya grandes museos en el mundo que quieran buscar alianzas con este centro significa que las cosas no se están haciendo del todo mal. Sobre todo, cuando se trata de mostrar a los espectadores por dónde se están moviendo las vanguardias artísticas. Algunos de los proyectos que queremos sacar adelante en los próximos años están conectados con el programa "Europa Creativa" que promueve la Unión Europea.

¿Es real la "desconexión" que se aprecia desde este lado de la barrera entre los gestores culturales que trabajan en las Islas?

A la administración pública en Canarias le ha faltado una discusión seria sobre este asunto... La gestión cultural necesita un diálogo institucional más fluido. A día de hoy no se ha producido aún ese encuentro para decidir si en estos instantes debemos cambiar, si hay que adaptar o hasta qué punto es necesario reordenar determinadas políticas culturales. El Cabildo de Tenerife ha dado la cara para que esa situación de incertidumbre se asumiera desde el Plan Estratégico de Cultura, pero todavía no se ha dado esa discusión.

¿Esa dispersión de esfuerzos ha acelerado la destrucción de una parte importante del tejido laboral ligado a la cultura?

Ha faltado un esfuerzo único y concentrado sobre el sector cultural para contrarrestar una sangría que no hemos sabido controlar, es decir, frente a una pérdida masiva de puestos de trabajo reaccionamos con medidas a nivel isla, no con un solo posicionamiento en el que se aporten posibles soluciones conjuntas para toda Canarias. Antes de la crisis el sector de la cultura y del entretenimiento movía a más de 22.000 personas en la Isla y unos años después no creo que lleguen a las 15.000.

¿Dónde está el límite de esa destrucción de empleo; el punto de no retorno hacia una situación de recuperación cultural?

Ahí yo detecto un primer problema asociado a la valoración real que hace la sociedad del trabajo que realizan las personas que forman parte del mundo de la cultura. Hay artistas que se está deslomando a trabajar por unos salarios que no son dignos; no es justo. No se puede ir a tocar una noche a una cafetería por 25 euros o asistir a una obra de teatro pagando 5 euros por una entrada. El otro inconveniente, aunque no menos grave que el primero, tiene que ver con un sector que no está siendo capaz de dar a luz modelos de negocios que sean interesantes y que a medio plazo se puedan sostener por sí solos. Nuestro mercado es muy chiquitito, pero ahí estamos cometiendo un gran fallo.

Una de las "joyas de la corona" es la Orquesta Sinfónica de Tenerife. ¿Hay muchas leyendas urbanas sobre lo bien que están pagados sus componentes?

Los músicos de la OST juegan en Primera División y sus sueldos son medio bajos. En ocasiones se habla y escribe para avivar leyendas urbanas que están lejos de la realidad. Un profesor músico de la Orquesta Sinfónica de Tenerife juega en la elite, no en Segunda. Eso requiere una formación de más de 20 años que nunca se termina, porque cualquiera de ellos puede perder su puesto de trabajo si el resultado de unos de los exámenes a los que son sometidos no es satisfactorio. Este año sacamos una convocatoria muy grande para lo que son las sustituciones, pero eso es algo habitual cuando se quiere tocar un programa específico.

¿En el día a día de este despacho se reciben muchas peticiones para que el "papá" Cabildo arregle un entuerto que no siempre es de su competencia?

Eso pasa continuamente, pero trabamos de ordenar esas peticiones y, sobre todo, que el proceso por el que tomamos una decisión tenga cierto rigor y transparencia.

¿Hay cierto aprovechamiento?

No lo creo (silencio)... Me he convencido de que no llegamos a todo lo que deberíamos llegar. Es verdad que eso es algo que también pasa en las áreas de agricultura o en carreteras. Supongo que el compañero José Luis Delgado mira para una carretera y lo único que ve son los baches, no las actuaciones de mejoras que se hacen en esas vías.

Usted tiene un pasado musical y supongo que está al tanto de las demandas de las bandas que se quejan de que en Tenerife siguen faltando espacios acondicionados para mostrar su obra. ¿Hay alguna solución que vaya más allá del programa "Click and roll" que se ha instalado en el Auditorio?

El rock y el pop necesitan un circuito que es menos institucional; un programa que se desarrolla en bares, cafeterías y pequeños espacios privados a los que no puede llegar la administración pública.

¿Se han repuesto ya los que no creían posible que el rock creado por Tequila entrara en la Sala Sinfónica?

No les queda otro remedio que superarlo... De la misma forma que los incrédulos que me dijeron que no nos atreveríamos a programar folclore en el Auditorio de Tenerife. ¿Cómo que no? La discusión sobre lo que tiene que estar o no en ese espacio no puede afectar a un género musical, sino a los niveles de calidad y proyección que tienen los artistas que se programan en sus salas.

¿Pero hay artistas a los que se les mira con otros "ojitos"?

No es mi caso... La gran ventaja que tenemos los malos músicos es que a los grandes los admiramos. Como uno es medio rebenque cualquier artista que pasa por el Auditorio me maravilla.

El Tigre: una ubicación que genera debate

Aunque no es una de sus competencias, De la Rosa no rechazó dar su opinión a una pregunta conectada con las voces que piden el retorno de El Tigre al Museo Histórico Militar de Canarias. "El Cabildo de Tenerife siempre ha defendido, a través del expresidente Ricardo Melchior, que el cañón fue pagado por los ciudadanos de Tenerife. A veces uno se ofusca con una idea de propiedad que impide buscar una solución de consenso que agrade al Ayuntamiento, al Cabildo y a los militares", precisa el consejero sobre un debate que, según él, acabará en una posición de encuentro entre las partes. "Los espacios públicos existen para que las personas puedan disfrutar de tesoros como este. Me consta que José Manuel Bermúdez y el general Ruiz de Oña están por la labor de encontrar la mejor solución. A lo mejor lo que está faltando es el impulso para que se produzca esa conversación".

Reflexiones sobre la "salud" externa del Auditorio

Con la entrevista agonizando aparece el nombre del arquitecto Santiago Calatrava. ¿Da la sensación de que el tiempo ha tratado mejor al Auditorio de Tenerife que al polémico edificio que se está cayendo a trozos en Valencia? Cristóbal de la Rosa abre un paréntesis de unos segundos y se arranca con esta reflexión. "Desconozco los controles que se hacen de sus obras en otros lugares, pero lo que sí sé es que en el caso del Auditorio de Tenerife el Cabildo ejerció un control férreo sobre el proyecto de Catalatrava y se discutió mucho. Yo recuerdo más de un enfrentamiento entre los técnicos del Cabildo, que consideraban que las cosas se tenían que hacer de una manera, y los del estudio de Catalatrava", concluyó.