La Universidad de La Laguna comienza en unos días un curso especial. No solo lo hace con una nueva estructura -más ligera: diez centros en lugar de 23-, sino que tiene previsto aplicar planes para mejorar algunas de sus carencias más arraigadas: su insuficiente productividad científica y los mediocres resultados que, en algunos casos, cosechan sus estudiantes.
Reducir las tasas de abandono e incrementar las de rendimiento, éxito, eficiencia y graduación son los objetivos del Pacto por el Aprendizaje y el Rendimiento aprobado el pasado julio por el Consejo de Gobierno de la ULL y que se basa en un exhaustivo análisis de los indicadores académicos de las titulaciones de la institución. Tales datos revelan, entre otras cosas, el profundo desequilibrio -casi podría describirse como un abismo- que separa en este aspecto a las diferentes carreras. Un ejemplo significativo es el 55% de abandono que registra Bellas Artes frente al magro 1,7% que se da en la escuela de Enfermería del Hospital de La Candelaria.
No obstante, el informe también pone de manifiesto que la entrada en vigor del Plan Bolonia ha coincidido -pese a los matices y vaivenes- con una mejoría general de los indicadores que miden los resultados académicos en relación a las antiguas titulaciones (licenciaturas y diplomaturas). El progreso se da en todas las ramas de conocimiento con la única excepción, en lo referido al abandono, de las ingenierías, donde se ha incrementado la tasa.
Las titulaciones de Artes y Humanidades son las que, en conjunto, presentan un mayor índice de abandono -un 28,1%-, en tanto que las de Ciencias de la Salud son las que registran las tasas más reducidas -un 11,4%. La media de la ULL en este aspecto es del 26,12%.
En cuanto a la medición del rendimiento de los alumnos -la proporción de créditos aprobados en relación a los matriculados-, las de Ciencias de la Salud vuelven a ofrecer los mejores datos -un 83,75%-, mientras que en este caso los peores corresponden a los estudios de Ingenierías y Arquitectura, con 58,75%. La dificultad de estas últimas titulaciones ha llevado a la institución a plantearse concederles un tratamiento especial dentro de su normativa de permanencia y progreso.
No obstante, el título con un índice de rendimiento más bajo es un grado de nueva implantación, el de Antropología Social y Cultural, donde roza el 42%. En cambio, y nuevamente, los de Enfermería de La Candelaria encabezan los registros positivos, puesto que superan más del 92% de los créditos de los que se matriculan.
Otro de los indicadores que ha tenido en cuenta la ULL es la tasa de eficiencia de los graduados, que mide la diferencia del número de créditos efectivamente matriculados con respecto al de créditos de los que deberían haberse inscrito. Aquí todas las áreas de conocimiento presentan cifras elevadas, superiores al 96%, y la media de la Universidad asciende al 97,3%. Cuando se analizan las titulaciones, los estudiantes de Historia son los más eficientes, con un 100%, y los de Farmacia los menos, con un 64,4%, aunque los datos del curso 2012-2013 no incluyen todas las carreras.
Por lo que respecta a la tasa de éxito -la relación entre créditos aprobados y matriculados-, los mejores resultados se los apuntan los alumnos de Ciencias de la Salud, con un 91,7%, y los más bajos los de Ciencias, con un 79%. Por carreras, los estudiantes de Periodismo son los más "exitosos" (97,4%) y los de Antropología Social y Cultural los menos (60,1%).
La comparación entre las licenciaturas y los grados también incluye las tasas de graduación, aunque al ser de implantación reciente, no constan datos de las nuevas titulaciones.
las cifras
- 11,4% Es el índice de abandono de las titulaciones de la rama de Ciencias de la Salud, las que mejores resultados registran.
- 55,9% Es el abandono que se da en Bellas Artes, una titulación que, en cambio, presenta buenos datos en rendimiento y éxito.
- 92% Es el porcentaje de créditos que aprueban los alumnos de Enfermería en La Candelaria.
- 58,7% Es la tasa de rendimiento en las ingenierías, la más baja de la ULL.