1.- Está desierto Madrid en agosto y lo que hay son americanos que vienen a ver el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen, al que me parece que le queda poco en España como Hacienda siga maltratando a Carmen Cervera. Uno, cuando viaja a Madrid, se pregunta: "¿Y dónde está el rey?". No aparece don Juan Carlos, parece como si se lo hubiera tragado la historia. ¿Estará con Sofía, estará con Corina, estará en un monasterio echándoles broncas a los frailes? El rey no aparece y yo, con el tiempo, entiendo que haya renunciado. Cualquiera aguanta el coñazo del trono. A Madrid en agosto se viene por obligación, como yo he venido, porque este calor, este agobio no lo aguanta nadie. El madrileño de clase alta se ha ido y ya no volverá hasta que empiecen los colegios; el de clase media estará aquí este fin de semana porque el lunes curra. El lunes será el día de la gran depresión, el día que yo me vuelvo a Tenerife.

2.- Madrid en agosto es un coñazo, aunque hoy iré a la Cuesta Moyano, a ver si pesco algún libro viejo interesante. Cada vez la gente se desprende más de las cosas, así que suele haber muy buen material. Luego apilo los volúmenes en el despacho, con poco tiempo para leerlos por mi actividad de jubileta. En las redes sociales los queridos compañeros me están empezando a llamar viejo, lo cual me preocupa porque significa que se les han acabado los argumentos. Me han llamado de todo, sin éxito, y ahora me llaman viejo. Gracias a Dios que no me llaman feo.

3.- Hay una anécdota de una señora con Manuel Azaña, presidente de la II República Española. Salía Azaña del Congreso y una señora le gritó: "¡Feo!". Don Manuel se paró, miró fijamente a la señora y le dijo: "Mire usted, de todos los males de España es del único que no tengo la culpa". Yo he cumplido 67 años, pero si fuera verdad todo lo que dicen de mí habría cumplido 105 ó 106, o por ahí, porque en 67 años de vida no puede ser verdad todo lo que cuentan que he hecho o he dejado de hacer. Así que realmente soy mucho más viejo de lo que figura en el DNI. Tendré que darme prisa porque ya saben que el brujo dijo que cascaría a los 69, así que cada año que pase de éste será como un regalo divino que habrá que vivir intensamente. Qué contentos se van a poner algunos cuando llegue el día de mi toletazo. Ya hablaremos de eso.

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