Día ajetreado para Ulises Dávila que, apenas siete horas después de instalarse en el hotel donde pernoctará sus primeros días en la Isla, ya se dirigía hacia la sede del Tenerife en el Callejón del Combate. La mañana se repartió para él entre los trámites burocráticos propios de la llegada de cualquier jugador y el reconocimiento médico, que superó con nota en HospitEn Rambla. "Ayer me dijeron que fuera al club (Chelsea) para arreglar todo y firmar. Por la tarde viajé para llegar a las 12 a la Isla", relataba el jugador mexicano.

Su deseo entonces era ponerse "junto al míster y compañeros y empezar". Con hambre de fútbol, Dávila reiteró su mensaje de la noche anterior: "mucho trabajo, mucha entrega y tratar de dar lo mejor de mí para que el equipo esté lo más arriba posible". Pudo empezar a emplearse a fondo por la tarde. La sesión vespertina que desarrolló el conjunto blanquiazul en El Mundialito fue la primera para él. Llegó acompañado por Alfonso Serrano y se incorporó al grupo como uno más. "Al equipo lo conozco del año pasado. Es fuerte y sólido", había destacado de sus nuevos compañeros por la mañana.

En su tercer año en España, Dávila tiene claro que debe dar un paso adelante en su carrera. Pero pese a ascender con el Córdoba, no ha quedado atrapado en ese recuerdo. Tiene nuevos retos y está "contento" de haber recalado en el Tenerife, donde ya estuvo un compatriota suyo (Torrado). "Con Jerry hace tiempo que no hablo, pero le conozco y ha sido un gran jugador. Espero seguir su senda aquí y hacer también cosas importantes", expuso.

Con el gol a la UD Las Palmas siempre presente, el mediapunta blanquiazul no negó que "fue bonito", pero dejó claro que "lo importante es que ya estamos en Tenerife y con ganas de hacer historia". Para él, esa historia pasa por otro ascenso. Pero sin hablar de lo que pueda pasar en junio desde ya. "Hay que ir partido a partido y buscar estar arriba. Como mínimo estar en play-off", fijó como objetivo de la escuadra que dirige Álvaro Cervera.