Esto lo refiere un pasajero que el otro día viajó de Tenerife a Madrid en Air Europa, en un A-330, muy grande. Todo bien, poco retraso, buen tiempo en la ruta, pero al llegar a Madrid los viajeros sufrieron más de media hora de desesperante espera en el aire, a causa del tráfico en el aeropuerto . No es culpa de la compañía.

Una vez que aterrizó el avión, en vez de dirigirse a un finger, con 300 pasajeros a bordo, el aparato se detuvo a cinco metros de él y utilizaron jardineras para trasladar a los viajeros a recoger sus maletas. Jardineras de espera interminable y que provocó un agotamiento masivo en los pasajeros. Otra media hora para que salieran las maletas por la cinta.

La historia se repite con esta compañía en Barajas y con los pasajeros de las Islas. ¿Por qué no el finger? Es que somos pasajeros de segunda? ¿Por qué a la gente de las Islas y a los turistas que regresan a Madrid se les maltrata de esta forma?

Hemos denunciado varias veces esto, a ver si los responsables de Air Europa se enteran. Sabemos que Pepe Hidalgo es una persona comprometida con Canarias -aunque mucho más con Baleares- y que no suele echar en saco roto las cosas que se publican sobre su compañía, criticándola. Sabemos que tanto Javier como María José Hidalgo, altos cargos de Air Europa, son sensibles a las críticas y a las soluciones, pero el trato que se está dando a los pasajeros de las Islas, en el trayecto Tenerife-Madrid no es el correcto, por lo que hemos contado. Cuando toca el A-330.

Nada que objetar del personal de a bordo, tanto el técnico como el auxiliar. Exquisito. Pero uno llega con esta compañía a Madrid, reventado, agotado, harto del avión y deseando que la tortura se termine.

En fin, que decimos esto con espíritu de crítica constructiva, no para fastidiar a nadie. Son hechos absolutamente contrastables y, además, que se repiten en el tiempo. Antes y ahora. No es la primera vez que nos ocupamos de ellos aquí y los reiteraremos cuando sea preciso. Si debemos cuidar el turismo, que nos ayuden a hacerlo quienes hacen negocio con nosotros. Es sólo poner un poquito de voluntad para ofrecer algo más de calidad y de comodidad a quienes nos visitan. Sólo eso; creemos que no es mucho pedir.

A uno se le llena la boca cantando las bondades de las Islas, pero lo más que queda de las vacaciones es el transporte en sí. Si es bueno y cómodo hemos ganado todos. Si no lo es, todos perdemos.