La protección del litoral que exige la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife para autorizar la construcción de la estación de bombeo de Santa Cruz de La Palma en el suelo que antaño ocupaba Camesa, actuación indispensable para poder acabar la playa en la avenida Marítima, tendrá un coste de unos 400.000 euros, según el último proyecto encargado por la institución insular y remitido por el ayuntamiento capitalino.

La Autoridad Portuaria aún no ha informado definitivamente del plan de obra que ha recibido, aunque diferentes fuentes consultadas por EL DÍA afirman que cumplen con todas las exigencias de los técnicos del ente nacional, que el pasado mes de julio comunicó al Cabildo que el proyecto que en aquel momento le remitió no garantizaba que el oleaje no pudiera dañar la futura infraestructura de la red de saneamiento de la capital, con peligrosidad, por tanto, de posibles vertidos al mar.

Con el nuevo añadido, el "mamotreto" tendrá un presupuesto superior a cualquier previsión. Primero se habló de no más de 500.000 euros, tal y como se aseguró en sesión plenaria. Posteriormente, se analizó un proyecto de 800.000, que también fue desechado, para acabar, según el vicepresidente de la institución insular, el popular Carlos Cabrera, en uno "definitivo" de 950.000 euros. Al final, de definitivo nada. Al incluir la protección que obliga la Autoridad Portuaria, la obra va ya por casi 1,4 millones de euros. Y habrá que ver si no hay más cambios...

Recordar que la obra iba a ser costeada en su integridad por la Dirección General de Costas, con un presupuesto de unos 500.000 euros, todo de fondos nacionales, aunque su construcción estaba prevista a la entrada de la ciudad. El Cabildo intervino y se comprometió a financiar los trabajos, pero colocando la infraestructura fuera de la entrada a la capital, donde los ciudadanos no la querían. Y así, hasta ahora.

La institución insular, además, tendrá que garantizar que Costas destine el medio millón que tenía previsto gastar en el "mamotreto" a obras en el litoral de La Palma, siempre según un acuerdo plenario aprobado por unanimidad tras una propuesta de Coalición Canaria.

Lo peor: que la playa se retrasa hasta el punto que nadie es capaz de adivinar cuándo acabará. Desde el Cabildo palmero, su vicepresidente ha dicho públicamente que no, que ese no ha sido el motivo de la tardanza en construir la zona de baño, pero la realidad es otra. Muy diferente. Sin la estación de bombeo, cuyo proyecto lleva meses dando "tumbos", no se puede poner, por ejemplo, el 70% de la arena. Sí, para temblar.