"El ayuntamiento está dispuesto a sentarse con todas las partes para llegar a un entendimiento". Esta frase puede ser el primer paso para la solución de lo que se ha convertido en un grave problema para los que residen o tienen locales de ocio nocturno en la calle Clavel.

Dámaso Artega, concejal de Servicios Públicos y autor de la frase, explicó que se trata de una zona de "viviendas antiguas", en las que "cualquier ruido tiene mucho eco". Asimismo, afirmó que "la normativa protege el derecho al descanso como prevalente" y que ese era el motivo por el que uno de los locales de ocio nocturno había perdido una demanda contra el consistorio en primera instancia.

"Las normas se adaptan en función también de la realidad de los espacios", expuso. En este sentido, recordó que en la ordenanza de Paisaje Urbano se dan unos horarios generales, pero que se añade una salvedad para zonas sensibles, con quejas vecinales. "Es una limitación para los espacios donde hay mayor sensibilidad con el entorno vecinal", apostilló.

El concejal de Servicios Públicos explicó que en la Plaza Ireneo restauradores y vecinos habían llegado a un acuerdo y que levantaban las mesas a las 00.30 horas. En el caso de La Noria, dijo, "los empresarios costearon ventanas aislantes".

Sobre las quejas vecinales, aseguró que la Policía Local está recibiendo denuncias todos los fines de semana. "Unos se quejan del botellón, otros de las mesas y sillas hasta las 2.00 de la mañana, incluso porque hay gente en la calle hasta las 5.00". Arteaga reconoce que la acumulación de personas en la calle "es difícil controlar por parte de locales y establecimientos".

Sobre las actas levantantadas a los empresarios y el desnocimiento de la norma que les estaban aplicando, el concejal de Servicios Públicos afirmó que la autorización para instalación de mesas y sillas en la vía pública se renueva año tras año y que, en dicho documento, se especifica "el horario de cierre de mesas y sillas". Un empresario de la zona explicó que les llegó un carta en febrero de 2013, pero que no se les notificó a todos.

Algunos residentes se pusieron en contacto con este periódico para pedir más presencia policial que evitara botellones y escándalos. Sin embargo, el concejal de Seguridad Ciudadana, José Alberto Díaz-Estébanez, reconoció que los efectivos eran limitados y que había que redistribuirlos por toda la ciudad. Los empresarios consideran esto una paradoja: "Al final están aquí todos los fines de semana", debido a las denuncias vecinales.

Así las cosas, Arteaga pidió un "esfuerzo por parte de unos y otros" y se comprometió también el del consistorio de Santa Cruz para poder conciliar el derecho de unos a ganarse la vida y el de otros a descansar por las noches.

"Tengo miedo de llegar a mi casa, no puedo dormir"

Un vecino de la calle Candelaria explicó que lleva "tres meses sin dormir, de jueves a sábado" debido a un local de ocio que hay en la parte baja de Clavel. "Tengo hasta miedo de llegar a mi casa, yo tengo negocios y trabajo los sábados".

Explicaba que no deseaba que cerraran el negocio, pero que tampoco podía seguir sin dormir. "Allí no se puede convivir, es peor que La Noria", decía. Aseguró que el "pub no está insonorizado" y que las vibraciones se sienten en su casa.

Por su parte, desde el local afectado explicaron que han puesto carteles para que se respete el descanso de los vecinos. Asimismo, afirmaron que tenían informes favorables del ingeniero que redactó el proyecto, en el que se dice que las mediciones de sonido son las correctas y permitidas para su actividad.