¿De quién es este monumento? Esa es la pregunta que se hacen quienes, más o menos afines al fallecido dictador Francisco Franco, han venido denunciando el estado que presenta el monumento conmemorativo de la sublevación militar de julio de 1936, ubicado en Las Raíces, en el municipio de El Rosario.

Y la respuesta no parece clara. O, por lo menos, cuesta entenderla. Aunque el propietario original del monolito es el Cabildo de Tenerife, la Corporación insular aprobó, por unanimidad, una moción en 2008 en la que certificaba su retirada. En ella también fijaba que propondría al director del Museo Militar Regional de Canarias el traslado del monumento a sus instalaciones.

Y ahí acabó el asunto. Porque el monolito no se ha movido ni un milímetro de su sitio y sufre el deterioro tanto del paso del tiempo como de la mano humana.

Seis años después, el Cabildo considera que el monumento (y su traslado) es competencia militar, cuestión que, sin embargo, matiza la otra parte.

El director del Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias, el general Alberto Ruiz de Oña, indica que el monolito "en teoría" no es propiedad militar, sino del Cabildo insular. Cuestión que corrobora el coronel Vidal Santacreu, de la Subdelegación de Defensa, quien conoce la moción aprobada por la Corporación tinerfeña, pero que asegura que no se la ha dado traslado a la parte militar.

Conocedor del mal estado en el que se encuentra el monolito, el general Ruiz de Oña considera que la imagen es "vergonzosa". "Si no lo quieren, que lo quiten, porque la impresión que da...", enfatiza.

El responsable del Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias asegura que estaría "encantado" de que el monumento se pudiese exponer en el cuartel del Almeyda, pero precisa que el Cabildo "lo tendría que restaurar, no en las condiciones en las que está".

"Aquí hay sitio para ponerlo, y es una cosa histórica", añade el general.