Faltan pocos meses para que el barco de Eduardo Doménech llegue a puerto. El rector de la Universidad de La Laguna (ULL) enfila el tramo final de su segundo y último mandato y ayer, en el que también fue su último acto de apertura del curso, se prodigó en metáforas marineras. El mar estuvo casi tan presente en su discurso como en la lección inaugural del año académico, que -tal vez por casualidad, tal vez no- versó sobre navegación marítima y estudios de náutica.

La travesía de Doménech en estos cerca de ocho años quizá haya sido satisfactoria, pero de ningún modo tranquila. La ULL ha sufrido en este periodo drásticos recortes presupuestarios que la han hecho zozobrar. Pero la nave no está aún a salvo: en un discurso especialmente crítico con los gobiernos central y canario, el rector advirtió de que el mantenimiento de la plantilla de la institución "no se puede garantizar si se continúa en la senda de los ajustes" y de la "asfixia" a la que, a su juicio, ha sido sometida la Universidad.

Hace menos de un año, y en una entrevista con este periódico, Doménech se felicitaba de que la amenaza de los despidos se hubiese "disipado por completo". ¿Qué ha cambiado en estos meses? Se trata más de una previsión que de un hecho concreto, la de que el Gobierno regional no aumente la partida para enseñanza universitaria en los próximos presupuestos autonómicos.

"No nos basta ya con mantener el presupuesto. Ya no es una buena noticia que no haya más recortes, porque mantener la misma aportación por parte del Gobierno será de forma efectiva una reducción presupuestaria", afirmó Eduardo Doménech, quien augura una "importante" disminución de los ingresos por el descenso de alumnado derivado de la menor duración de los estudios de grado (cuatro frente a los cinco de las licenciaturas).

Tras la medida de cerrar las instalaciones en periodos vacacionales y de fusionar centros y departamentos, la ULL ya no tiene "ningún margen interno para maniobrar presupuestariamente". En otras palabras, si se presentan nuevas y acuciantes necesidades de recortar el gasto habrá que recurrir a los despidos. Si no se corrige la financiación, dijo el rector, la Universidad no podrá seguir cumpliendo con su función.

"Nuestros interlocutores políticos no han estado a la altura que demandaba la enseñanza superior en Canarias", sentenció Doménech. Su falta de compromiso respecto a la financiación ha supuesto, por ejemplo, que la ULL "apenas pueda sostener el mantenimiento de sus campus y edificios". Para ilustrar esta aseveración, aportó un dato: la institución solo puede invertir, con sus propios recursos, siete euros anuales por metro cuadrado de infraestructuras. Para el rector, esto "no solo es insuficiente, sino indigno".

La situación es tan grave que Doménech deslizó incluso la posibilidad de "salir a la calle" para que la voz de la ULL sea oída. Para que esto no ocurra, reclamó pactos, para la financiación -volvió a proponer, aunque sin demasiadas esperanzas, una ley de universidades-, pero también para garantizar la supervivencia de las titulaciones sometidas a acreditación, no siempre con buenos resultados (caso de Periodismo). Así, pidió una "alianza estratégica" entre el Gobierno canario, la agencia autonómica de evaluación y las universidades que asegure "una valoración favorable" de los títulos y, por tanto, su continuidad.

El Gobierno ve "difícil" subir el presupuesto

Eduardo Doménech lanzó al menos tres retos al Gobierno canario en su discurso de apertura del curso académico. Sobre el primero, el de que el Ejecutivo eleve en 2015 el presupuesto que destina a las universidades, no parece que vaya a ser aceptado.

"Es muy difícil", advirtió ayer a este periódico el director general de Universidades de la Consejería de Educación, Carlos Guitián, quien no ve posibilidades de incrementar la financiación más allá de las "cosas concretas" -la cesión de la escuela Aneja a la Facultad de Educación y las facilidades para el acceso a algunos másteres- que el consejero José Miguel Pérez anunció al rector antes del acto de inauguración del curso.

Guitián matizó que, para aumentar los fondos, hay que detraerlos de otras políticas de la Consejería. "La prioridad absoluta es la enseñanza obligatoria; por lo demás, hay que seguir sacrificándose". El director general recordó, además, el gasto que habrá de asumir en 2015 la agencia canaria de evaluación por el estudio PISA, la evaluación de tercero de Primaria y la acreditación de títulos de las universidades.

Tampoco hay un "sí" para el segundo reto: la negociación de un acuerdo estable de financiación. Lo más que puede hacerse ahora es, indicó Guitián, "buscar los mejores indicadores para cuando el horizonte económico sea favorable".

Un tercer desafío se refiere a una "alianza" que garantice que las titulaciones universitarias superen ese proceso de acreditación. En ese punto la respuesta es afirmativa: "Estamos volcados", dijo Guitián.

Magisterio se extenderá a la Aneja en 2015

La andanada de críticas que el rector tenía preparada era aún mayor de lo que finalmente resultó. Doménech tuvo que omitir de su discurso escrito una alusión a la "falta de equidad" del Gobierno a la hora de dotar de espacios a las dos universidades. El motivo: antes del acto el consejero José Miguel Pérez le anunció que en el presupuesto de 2015 habrá fondos para que la Facultad de Educación pueda disponer, por fin, de las dependencias del colegio Aneja, contiguas al centro. Doménech se lo agradeció.

La Universidad propone "un gran pacto" político

La realidad se ha vuelto "insoportablemente dolorosa", lamentó el rector, quien se refirió al desempleo, la emigración de los jóvenes y el riesgo de pérdida de la solidaridad entre generaciones. Para remediarlo, así como para poner en primer plano la educación, la ciencia y la innovación, la ULL propone "un gran pacto para hacer una política a la altura de las exigencias de una realidad que nos supera", expuso Doménech.