Muchos de los problemas emocionales de la vida diaria, como la tristeza, la rabia o la ansiedad leve son cada vez más contemplados como un trastorno mental y tratados con pastillas; sin embargo, está demostrado que la medicación no ayuda especialmente a superarlos, solo a crear síndrome de abstinencia, según manifestó el psiquiatra Allen Frances al referirse a su manual "¿Somos todos enfermos mentales?".

En España, actualmente existen muchas preocupaciones sobre la economía familiar y sobre el futuro, lo que genera tristeza y ansiedad, pero estos "son problemas sociales que deben arreglarse con soluciones sociales, y no identificar a los individuos que reaccionan a ellos como medicamente enfermos", explica.

Las mejores soluciones para este tipo de problemas son "el paso del tiempo, la resistencia humana, el apoyo de la familia y de todos los que están alrededor, el cambio en las circunstancias, un estrés reducido y la práctica continuada de ejercicio físico".

No obstante, el experto aconseja acudir al psicólogo si estos desórdenes emocionales no se superan con los remedios anteriores, ya que hacer terapias y depositar confianza en alguien ajeno al entorno más cercano puede servir para liberar tensiones".

Las soluciones para los desórdenes incluyen el ejercicio, dejar pasar tiempo y el apoyo familiar

A su juicio, "esta inflación diagnóstica se debe a que en Psiquiatría no existen test biológicos que permitan identificar el origen genético de las patologías, son arbitriarios y subjetivos, lo que impide determinar el límite entre la normalidad y el trastorno mental".

Asimismo, "en medicina general ha habido un diagnóstico excesivo de diabetes, hipertensión, osteoporisis, entre otras patologías, porque la línea que marca el límite es demasiado inclusiva".