El torneo del Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid) se saldó ayer con graves incidentes entre los defensores de esta polémica tradición y activistas antitaurinos, en los que además de insultos y amenazas se lanzaron piedras dejando varios contusionados.

Desde primeras horas de la mañana, la tensión ya se percibía en Tordesillas, especialmente cuando doscientos activistas contrarios al maltrato animal formaron una cadena humana para intentar impedir la salida del toro Elegido, de casi 600 kilos.

Los detractores de este festejo, en su mayoría jóvenes provenientes de Madrid, Galicia y Cataluña, lanzaron proclamas como "la tortura no es cultura" y "aquí estamos, nosotros no matamos", a lo que los partidarios del Toro de la Vega contestaron con gritos contrarios a la manifestación.

Treinta y cinco minutos antes de la hora prevista para la suelta del Toro de la Vega, agentes de la Guardia Civil desalojaron, uno a uno, a los manifestantes que ocupaban parte del recorrido.

Después, una decena de activistas se esposaron individualmente en diversos puntos de la barandilla del puente que cruza el río Duero y que forma parte del recorrido que debía seguir el Toro de la Vega, lo que retrasó aún más el inicio del torneo, hasta las 11:27 horas.

Los agentes emplearon cizallas para romper las esposas y el recorrido quedó expedito para el arranque del torneo.

También se vivieron momentos de tensión con los periodistas, en especial cámaras de televisión, algunos de los cuales tuvieron que soportar provocaciones por parte de algunos mozos, que les recriminaban que grabaran el desalojo de los animalistas.

La redactora y fotógrafa Ruth Toledano, periodista de "eldiario.es", denunció una agresión al recibir un puñetazo por la espalda.

Con el toro por las calles de Tordesillas, activistas y aficionados intercambiaron pedradas ya en campo abierto, con el resultado de varios contusionados que fueron evacuados por la Cruz Roja.