Los vecinos de El Ortigal, en La Laguna, denunciaron ayer la existencia de un muro en la carretera TF-237, que se ha convertido en un peligro para aquellas personas que transitan por la zona, sobre todo ahora que hay buen tiempo, y para el tráfico rodado.

Se trata de una pared de piedra y tierra de unos 12 metros de largo, cuyo propietario impidió retirarla cuando se llevó a cabo, por parte del Cabildo de Tenerife, el ensanchamiento de la citada vía.

Desde ese momento, hace ya unos diez años, la acera y la zona de aparcamiento que derivó de estos trabajos quedaron interrumpidas a la altura del controvertido muro, justo enfrente de la tasca Kilómetro 3.

Es más, una tubería de plástico que traslada agua y que en el resto de la carretera está soterrada atraviesa ahora la pared, sujeta con alambres.

Desde la asociación de vecinos La Milagrosa recuerdan que hace ya tiempo hicieron un requerimiento por este asunto al Ayuntamiento de La Laguna para que intercediera con el propietario del terreno. Sin embargo, las gestiones realizadas por el consistorio no dieron sus frutos, ni tampoco aquellas que hizo posteriormente el Cabildo insular. Es decir, que no ha sido posible llegar a un acuerdo con el dueño de la parcela, en cuya parte superior existe también una casa en desuso.

Desde el colectivo vecinal lamentan que por unos cuanto metros los transeúntes que a diario pasean por esa parte del barrio se expongan al peligro de ser atropellados, pues deben pasar por el propio asfalto de la vía o cambiar de acera para seguir su camino.

Un peligro que, según remarcan desde la asociación de vecinos La Milagrosa, se incrementa con el buen tiempo, pues la gente sale más a la calle a caminar.