Más de 600 firmas de vendedores y de simpatizantes del Rastro presentaron el 1 de septiembre en el Ayuntamiento de Santa Cruz y, aún así, el alcalde no los recibe. Así lo aseguraron fuentes de los citados vendedores, que se han manifestado en contra de la nueva ordenanza que los obliga a darse de alta como autónomos para ejercer la actividad.

Este requerimiento, que viene recogido en forma de declaración responsable en la parte trasera de su licencia municipal, ha sembrado el descontento entre los vendedores, que están pidiendo que se modifique una ordenanza recién aprobada.

"No se nos avisó del período de alegaciones, no conocíamos ni mucho menos todos los puntos de la ordenanza", dijeron.

La Alcaldía se puso en contacto con estos vendedores insatisfechos semanas atrás para escuchar sus peticiones y, de nuevo, esta semana. Esta segunda llamada, según aseguran fuentes de los vendedores, fue para explicarles que el alcalde se iba a reunir con la presidenta del Rastro y con los delegados de zona, pero que iba a dejar de lado a los representantes de este colectivo crítico con la ordenanza.

Fuentes de los vendedores explicaron que desconocen quiénes componen la Mesa del Rastro, pero la mayoría de los que se ganan la vida en el mercadillo se sienten "engañados".

El concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, explicó que estaban estudiando el escrito que había presentado este colectivo y que la idea era constituir una especie de Mesa del Rastro, aunque esto requeriría algo de tiempo.

Mientras tanto estudiarían "bien las propuestas que han hecho" y, o el alcalde o el concejal del área, que es el propio Arteaga, se sentarían con las partes para tratar de solucionar el problema.