En los límites con el municipio de Santa Cruz, por la parte alta de Ofra y por debajo del acuertelamiento de Ingenieros, existen dos enclaves cuyos vecinos reclaman un poco más de atención por parte del ayuntamiento de La Laguna: Las calles Kenia y El Pino.

Manifiestan estar poco contentos por la atención prestada a la zona y reclaman una solución, sobre todo, al gran número de solares que se encuentran sin vallar y que se convierten en un auténtico peligro para los niños y jóvenes del entorno, y se quejan de la basura que se llega a acumular en algunos lugares como en la intersección de ambas calles.

Uno de los principales puntos de atención es un solar que contiene una estructura derruida en una loma de la calle El Pino, en su intersección con la calle Kenia. Uno de los convocantes apuntó que "lleva así varios años y todavía ni está vallado ni murado. El miércoles, un joven un poco más y se rompe una pierna allí. Los chicos son chicos y a veces no tienen la percepción del peligro".

Pero no es el único punto, aunque sí el que más llama la atención. Sobre ello, un residente del edificio Montaña Roja señaló que frente a la urbanización y debajo de las instalaciones militares existe un gran solar que solo está vallado a medias, apuntando la endeblez del perímetro que permite un fácil acceso al resto del terreno.

"Este solar lo suelen utilizar los vecinos para pasear sus animales y jugar con ellos y de vez en cuando se convierte en un punto incontrolado de basura. A eso hay que añadirle que las ratas como gatos son habituales y que está lleno de pulgas y cucarachas, sobre todo en verano".

En la esquina, justamente en el lado mar del terreno, en la intersección entre las calles, "suele estar un sin techo que ha hecho de la esquina su lugar de estancia. Los servicios sociales deberían hacer algo con él. A veces somos los propios vecinos los que les damos algo de comer porque nos da pena. El señor acumula basura en este punto".

Ya metidos en la calle Kenia tras dejar El Pino, los denunciantes criticaron el estado en el que se encuentra la acera que existe antes del aparcamiento, por debajo del estadio de fútbol Sebastián Hernández Brito, ya que está completamente intransitable y con los servicios invadiendo una parte de la misma. "En la zona hay personas mayores y es un auténtico peligro este paso. El aparcamiento suele estar limpio, aunque sus jardines no tanto, con latas, papeles, bolsas, preservativos... A ver si hacen una limpieza, que tampoco es tan grande, hombre", dijo uno de ellos, para añadir que de vez en cuando también aparecen enseres destrozados y material de oficina inservible, como el viernes.