Jesús Castro y Mariam Bachir, la pareja protagonista de la película "El niño", un thriller repleto de acción que ha arrasado en las taquillas de los cines españoles durante las últimas semanas, estuvieron ayer en la capital tinerfeña para promocionar la película y mantener un encuentro con sus "fans" en el Espacio Cultural de CajaCanarias, junto al director del filme, el simpático Daniel Monzón, y el productor Edmon Roch.

Jesús Castro tiene buena planta, una mirada azul que atrae a muchas admiradoras, pero se muestra muy serio y maduro, aunque en el fondo da la impresión de ser gracioso, como casi todos los andaluces. Recibió su bautizo cinematográfico de la mano de Daniel Monzón, aunque luego se embarco en su segundo largo, "La isla mínima", que compite en el Festival de Cine de San Sebastián.

¿Qué se siente cuando le toca a uno la varita mágica del cine de esta forma tan exitosa?

Se siente una alegría inmensa por esto que me está tocando y me siento un privilegiado de vivir todo lo que estoy viviendo. No me lo habría imaginado nunca.

¿Supongo que se presentó al castin para probar, como todo el mundo, no?

Bueno, yo me presenté para probar, claro, pero sobre todo para perder horas de clase, porque coincidía con las dos últimas horas de clase y era muy complicado darlas. Ya tenía uno hambre, era la hora del almuerzo y tal y por eso empezó.

¿Qué hizo para ser elegido?

Aprender rápido. Ponerle interés, currar todos los días y ponerme como una esponja a absorber todo lo que podía, partiendo de la base de qué sabía hacer. Entonces yo me callaba y escuchaba. No me quedaba otra, y más al lado de Luis (Tosar), Bárbara (Lennie), Eduard (Fernández), Sergi (López)...

¿Y lo más difícil de esta experiencia cinematográfica?

Difíciles fueron muchas cosas, pero rodando, en concreto, a nivel mental sí que me costó mucho la secuencia que tengo con Mariam de desnudo. Que sí, que fue a nivel mental un poco de las que más me afectaron en el rodaje. La noche anterior dormí poco. Ese día fue un poco duro, tanto para mí como para ella (Mariam), que además era su primer día de rodaje. Yo llevaba dos semanas ya cuando pasaba eso, pero ella llegó y se estrenó por la puerta grande. Esa fue la que más me afectó.

¿Fue para tanto?. Era una escena de cama. ¿En Andalucía no hacen nudismo?

Ja, ja. Sí, era una escena de cama. Teníamos que estar en bolas los dos y claro, una jornada de trabajo entera en el cine en bolas, pues... y encima tu primer rodaje. En el segundo no creo que me lo pensaría tanto. A primera hora llegaría al vestuario en bolas.

¿Es verdad que las escenas de riesgo las hacía personalmente?

Sí, sí. claro, yo si. Jesús Castro sí que se acojonaba, pero a El Niño le encanta la adrenalina y desafiar a la autoridad. El llevar ese bólido por el mar. Cosas que a Jesús Castro no le mueven sinceramente, pero lo intentaba en el puerto y que saliera la embarcación dependía de El Niño.

¿Hasta qué punto es usted mismo en la película?

Muy poco. El Niño y yo tenemos muy poco parecido, muy poco.

¿Cuáles han sido las principales dificultades para identificarse con el personaje que le ha tocado?

Primero ver qué le movía para hacer eso y, sobre todo, para estar tan tranquilo, cómo tenía que ser el personaje para eso. Para eso tuve la documentación que me aportaron y me iban diciendo cómo me movía en el rodaje y yo lo fui interiorizando.

¿Dónde cree usted que radica el éxito de esta película, que ya ha superado a "Ocho apellidos vascos"?

Creo que la película te envuelve desde el minuto uno que empieza hasta que termina, y eso es difícil que le ocurra al espectador.

¿Qué es lo que transmite, aventura...?

Transmite un poco de todo. Es acción, es aventura del personaje El Niño y el Compi (Jesús Carroza). La amistad que tienen los dos, una amistad muy fuerte. También la que tiene Eduard (Fernández) con Luis (Tosar). Hay amistad, amor, que también se ve que El Niño, a pesar de todo, se enamora, gusta, sufre. Hay un poco de entretenimiento, de humor a veces, amor. Lo tiene todo.

¿Qué tipo de papeles le gustaría protagonizar?

La verdad es que no tengo ningún prototipo de personaje. Tampoco me voy a poner exquisito, acabo de empezar, pero no tengo un prototipo de personaje. Creo que mientras el guion y el personaje sean interesantes y la historia que cuenta me llegue diría que sí. Habría que hablarlo, pero tampoco tengo algo en la cabeza. Lo que salga, pero siempre que el proyecto me guste y el personaje también, no tendría ningún tipo de problema por cómo fuera el personaje.

¿Cómo encaja los calificativos que le están poniendo, como sex simbol, niño bonito o el heredero español de la mirada de Steve McQueen?

Los acojo como un halago tremendo, pero de hecho estoy empezando y las comparaciones que están haciendo con personajes mundiales no sé. Yo acabo de empezar y las casas se empiezan por el suelo, no por el techo. Así que quiero seguir aprendiendo. Ojalá me sigan llamando para futuros proyectos y nada más. Todavía quedan muy lejos esas comparaciones. Seguiré aprendiendo y formándome todo cuanto pueda.

¿Qué ha cambiado en usted como persona después de esta película que le ha lanzado a la fama?

Me he conocido más a mí mismo en muchas cosas que no creía que fueran así. He aprendido de todo, cómo trabajar con un grupo grande, cómo entender a cada uno como persona, como es el caso de El Niño, llegar a comprenderlo. He aprendido mucho de verdad.

¿Cómo ha influido la fama en su vida cotidiana?

Yo intento que mi vida cotidiana siga igual. De hecho es la misma que cuando estaba en el instituto. A nivel laboral sí que ha cambiado, porque es obvio que ha cambiado, pero a nivel personal sigue todo igual. Mis prioridades son mi casa, mi familia, mis padres, mis amigos, mi perro...

¿Cómo ha encajado su entorno el éxito que ha cosechado?

Muy orgullosos. Mis padres y mi familia están muy orgullosos. Hay pocas cosas más bonitas que tener a un padre y una madre orgullosos de mí.

¿Qué puede adelantar de su segunda película, "La isla mínima, de Alberto Rodríguez, que creo participa en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián?

"La isla mínima" no tiene nada que ver con "El Niño". El Niño es un chaval bueno, al que lo mete en ese mundo El Compi, que es el que lo lía un poco. No tiene maldad, es un buen chaval. En cambio, Quini, al que llaman Joaquín en "La isla mínima", no tiene nada que ver. Es frío, calculador, no le afectan los sentimientos. No tienen nada que ver uno con el otro. Trata sobre la desaparición de dos niñas en unas fiestas patronales de un pueblo de las marismas de Sevilla.

¿Había estado alguna vez en Canarias antes del rodaje? ¿Qué le ha parecido lo que ha visto?

No lo conocía, solo cuando estuve rodando la película. Es muy bonito Tenerife, lo que he visto es impresionante. Cuando estuve currando no me dio tiempo a hacer turismo, pero me parece muy bonito. Seguro que repetiré por mi propia cuenta.