Raúl Martín protagonizó el pasado lunes, junto a otras personas, una persecución durante 10 minutos al autor del asalto con arma blanca a su farmacia, situada en la avenida Prolongación de la 25 de Julio. Como profesional de dicho sector, no es la primera vez que sufre un delito de robo con violencia. El año pasado, otro individuo con un cuchillo intentó sustraer dinero de su establecimiento, pero no consiguió botín alguno, aunque tampoco pudo ser apresado en el momento de los hechos.

El pasado lunes fue diferente. Tras entrar en el local a cara descubierta y cruzarse con una clienta que salía en ese momento, el delincuente se dirigió a la parte posterior del mostrador e intentó abrir la caja registradora.

Un empleado trató de impedirle que se apropiara del dinero. Pero el ladrón le cogió la mano y lo amenazó con el cuchillo, aunque el trabajador se logró zafar.

Tras apropiarse de 400 euros y después de ser grabado por las cámaras de la farmacia, el ladrón amenazó al titular de la oficina y al empleado con el arma blanca porque pensó que la puerta de cristal se encontraba cerrada y no podía salir, aunque en realidad funciona con sensores. Después se aproximó a la salida y la puerta se abrió sin problemas. El atracador salió corriendo en sentido descendente, mientras Raúl Martín lo siguió al grito de "al ladrón, al ladrón". Segundos después, el individuo entró a la carrera en el parque García Sanabria, donde sufrió una caída. Tras salir de la farmacia, el delincuente intentó acceder a varios taxis, pero no tuvo éxito. Después, ya en la calle Numancia, paró un taxi y amenazó al chófer con el cuchillo para que le facilitara la fuga.

Sin embargo, el taxista se bajó del vehículo y entonces el ladrón se colocó en el asiento del conductor. En ese momento, Raúl Martín llevó a cabo una de las acciones más arriesgadas, pero que, a la postre, resultó clave para la detención posterior del ladrón, puesto que quitó del contacto las llaves del taxi, aprovechando que la puerta del copiloto estaba abierta.

En su huida desesperada, el ladrón, de 40 años de edad, pudo ser interceptado por un agente que estaba franco de servicio y un militar de paisano en la plaza de Los Patos, en la avenida 25 de julio. Y también le quitaron el cuchillo y los 400 euros que había robado en la farmacia. Como publicó EL DÍA ayer, el arrestado disfrutaba de un permiso carcelario y, al acabarse dicho tiempo, no se presentó en el centro penitenciario. Por ese motivo, la Policía Nacional le ha atribuido un quebrantamiento de condena. Además del robo con violencia e intimidación en la farmacia y del intento de robo con violencia del taxi, se le ha imputado un delito de amenazas graves, pues amenazó de muerte a los policías que lo arrestaron.

El mismo autor que en la del puente Zurita

Agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Distrito Sur de Santa Cruz de Tenerife confirmaron en la jornada de ayer que el hombre detenido el pasado lunes por el asalto a la farmacia Pino de Oro, en la Prolongación de la avenida 25 de Julio, es el mismo que el pasado miércoles por la noche cometió un robo con violencia en la farmacia del puente Zurita, en plena avenida Islas Canarias de la capital tinerfeña.

Los agentes practicaron ayer una rueda de reconocimiento y personal de la farmacia del puente Zurita reconoció al hombre de 40 años atrapado en la plaza de Los Patos como el mismo que les sustrajo unos 500 euros la pasada semana. El hecho de que tuviera éxito y casi no recibiera resistencia en el delito del pasado miércoles lo animó a volver a intentarlo anteayer en el establecimiento de la Prolongación de la 25 de Julio.