El camino que ha llevado a la construcción del nuevo edificio de los estudios de Bellas Artes en la Universidad de La Laguna (ULL) ha sido largo e intrincado y, aunque el inmueble ya es una realidad a disposición de la comunidad universitaria, tiene visos de prolongarse aún más. No se trata solo de que los salones de actos y exposiciones y la urbanización exterior estén inacabados, sino también de que el coste de la obra puede incrementarse por causas judiciales.

El estudio de arquitectura que ha diseñado el edificio -GPY Arquitectos- ha reclamado a la ULL los costes del modificado que hubo que realizase en el proyecto en su momento, una cantidad que supera los 200.000 euros (175.785 más 27.174 por intereses de demora).

La firma de arquitectura presentó una reclamación administrativa que no fue contestada por la institución académica, que entiende que el citado coste "estaba dentro de la actividad pactada contractualmente", aseguran fuentes universitarias. Tras producirse este silencio administrativo de carácter negativo, el asunto pasa a los tribunales, en concreto al Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Santa Cruz de Tenerife.

Las mismas fuentes aseguran que esta "disparidad de criterios" entre ambas partes es una situación "bastante común", en especial cuando se trata de una obra tan grande, compleja, accidentada y dilatada en el tiempo como ha resultado ser la del nuevo edificio -antes facultad, ahora sección dentro de la Facultad de Humanidades de la ULL- de Bellas Artes.

El proyecto nació hace 12 años y su culminación -relativa- ha representado una inversión de 23,4 millones de euros, 1,5 millones menos de lo previsto en el importe de licitación. Una de las incidencias que sufrió esta actuación fue la necesidad de desmontar un cable de alta tensión que impedía continuar con los trabajos en altura. Este contratiempo ralentizó la obra en el año 2011 y obligó a redactar un modificado del proyecto.

El nuevo edificio fue inaugurado el pasado 5 de septiembre y los alumnos se trasladaron unos días más tarde. Durante el acto, el rector de la ULL, Eduardo Doménech, auguró que el inmueble se convertirá en "un hito arquitectónico de la Isla y de la Universidad" y agradeció su labor a los componentes de GPY Arquitectos, así como a las empresas que ejecutaron los trabajos.