Un grupo de colectivos de carácter social denuncia de manera descarnada la "falta de transparencia en la gestión de los bancos de alimentos", fundamentalmente en cuanto a su distribución y reparto, una circunstancia que, según explican, provoca, de una parte, la escasez de determinados productos y también la caducidad de otros.

A propósito, reivindicaban ayer en una rueda de prensa en la populosa calle del Castillo que sean las instituciones públicas las que garanticen "un reparto equitativo de los excedentes alimentarios" y, asimismo, que se establezca sin más demora "una renta básica" que termine con la actual situación de "indigna caridad".

En su reflexión afirman que las personas empobrecidas reciben un trato de "ciudadanos de segunda" y se preguntan cómo se distribuyen "las decenas de miles de toneladas que llegan a los bancos de alimentos" a través de donaciones de la Unión Europea (UE), instituciones, empresas, particulares, campañas y maratones.

Joan Blasco, del colectivo Centro Social Casa Taucho, señaló que hay quienes se llenan la boca con la práctica de la "caridad", cuando lo habitual en estos repartos sea "la carencia de productos frescos de primera necesidad; la dificultad para obtener la ayuda de alimentos o la duplicidad de papeleos y comprobaciones".

Y sin dobleces enumeró la "hipocresía" que rodea a las empresas que participan en este "negocio del hambre", que se valen del sistema "para eliminar excedentes del mercado y así mantener los precios de los productos", así como también a ciertos "personajes que convierten la pobreza en un espectáculo". De su crítica no quedaron exentas "las instituciones políticas y religiosas", a las que censuraron que se valgan del estado de necesidad para "hacer proselitismo y construir redes clientelares", además de instrumentalizar la caridad como elemento de "contención social".

Así, estos colectivos sostienen que "las donaciones de alimentos perpetúan la pobreza", convirtiendo la caridad en "algo natural".

La conclusión a la que llegan es que "en Canarias cada vez existe gente más rica y también un mayor número de pobres" y ante tal escenario plantean atacar la raíz del problema, que reside en un reparto desigual de la riqueza".

Este periódico intentó sin resultado contactar con el Banco de Alimentos de Tenerife.

Alimentos caducados

María Adela Domínguez manifestó sufrir en carne propia el "calvario" que representa solicitar y conseguir una ayuda para alimentos que, en muchos casos, no reúnen las condiciones mínimas. "La mayoría están caducados", razón por la que ha interpuesto una denuncia en Sanidad solicitando una inspección a la ONG que repartió productos pasados de fecha.

Sin ayudas y en la miseria

Unos 45.000 hogares en Canarias no perciben ningún ingreso, mientras los salarios y pensiones de miseria abocan a la pobreza a unas 25.000 familias. Los colectivos sociales reclaman el derecho a unas ayudas que ahora solo llegan a una "parte ridícula" de los necesitados, y además tarde, tras arduos papeleos, colas...