El consejero delegado de AXA España, Jean-Paul Rignault, visitó Tenerife el martes y miércoles pasados para asistir a un encuentro de las seis direcciones territoriales nacionales que se celebró en la Isla. Aunque lleva menos de dos años en el cargo, conoce bien la realidad económica del país en general, y la canaria en particular. Sobre el Archipiélago, alerta de que la tasa de paro es "insostenible" y de que se trata de una situación que trasciende el mero aspecto económico al afectar también a la dignidad de los afectados.

Rignault advierte de que se debe tomar con "prudencia" que en España se venda como un éxito que el paro haya retrocedido del 27% al 24,5%. "Las tasas del paro en España en general, y en Canarias en particular, son insostenibles", insiste. "Así es muy difícil sobrevivir, eso afecta incluso a la dignidad de la gente", remarca.

Esta situación, señala, plantea un "reto" para su empresa porque "siempre hay algo que podemos hacer mejor" y que los obliga a ofrecer una "mejor" respuesta ante las necesidades de los clientes enmarcada en el contexto que impone esta circunstancia.

En todo caso, si hay una lección que sale de la crisis para el directivo es que supone una "buena" ocasión para reflexionar y replantear las cosas. "Cuando todo va bien nunca es buen momento para transformarse: es en los tiempo difíciles cuando toca hacer los ajustes y las reformas", sostiene.

Una recuperación que, "siendo definitivamente cierta", sostiene, hay que anunciarla "en voz baja". Parámetros como la tasa de la deuda española -y la facilidad misma para endeudarse-, el ligero retroceso del paro, el crecimiento del PIB o el incremento de las exportaciones "hablan de un repunte", pero las empresas, matiza, lo han notado "más rápido" que los ciudadanos comunes. Esos indicadores, insisten, apuntan a que la recuperación es "real, se está produciendo, pero vamos a necesitar de dos a cuatro años para verla en la calle".

Eso sí, defiende que España ha tomado decisiones "impopulares" que, "poco a poco", están cambiando la situación, medidas que estuvieron marcadas no tanto por directrices europeas -o alemanas-, sino por las propias circunstancias del país.

Los países, razona, "como los padres de familia, deben plantearse en algún punto si es responsable gastar más de lo que ingresa", señala en relación a su la austeridad de Bruselas era el mejor camino para afrontar la crisis frente a la alternativa seguida por EEUU de comprar deuda pública y aumentar el circulante.

"Una familia no puede permitirse gastar más de lo que ingresa, y un país tampoco", zanja. Pero deja claro que, en todo caso, la austeridad no se planteó igual en toda Europa. En España, afirma, vino dada por su propia situación. "Es responsabilidad de cada país tomar las decisiones adecuadas en función de sus circunstancias".

En cuanto a la mala fama de la banca y las aseguradoras a cuenta de la crisis financiera iniciada en 2007, Rignault defiende que una y otra son cosas "distintas". La banca, apunta, ha tenido problemas, "pero los seguros han mostrado una imagen de solidez y solidaridad".

En el caso de los seguros, añade, las empresas han superado la crisis "y estamos aportando un servicio de calidad a los clientes". Por ello, protesta, las aseguradoras "no pueden ser vistas como culpables de la crisis". La banca, en cambio, "es otra cosa". Para probarlo, recuerda que "ahí está el banco malo, pero no existe una aseguradora mala" y defiende la necesidad de que haya un sistema bancario sólido, "como el de los seguros".

También defiende que haya un sector público "fuerte", si bien cree que la crisis ha puesto en evidencia que este no puede ocuparse de todo. De hecho, responde "sí y no" a la pregunta sobre si el declive de la sanidad pública debido a los recortes es una buena noticia para las aseguradoras privadas.

"Está claro que necesitamos un sector público fuerte, pero también que hay un espacio que puede y debe ocupar el sector privado: no se debe ver esto como una lucha entre lo uno y lo otro, sino que creemos que ambos pueden aportar valor sin necesidad de que compitan entre ellos", responde.

Habla de la salud, pero también de otras áreas de "desarrollo con potencial" como la jubilación o el ahorro. Un desarrollo que plantea en términos de "diferenciación" dada tanto por la calidad de los productos como por la capacidad para vender el producto adecuado al precio adecuado.

AXA en el Archipiélago

AXA cuenta en Canarias con un equipo de 41 personas. Su negocio en las Islas ronda los 90 millones de euros y atiende a 138.000 clientes particulares y 10.000 empresas.

Es el tercer grupo asegurador en Canarias y su objetivo es diferenciarse de la competencia a través de la calidad. "Crecer por crecer es peligroso, se puede dejar de aportar valor al cliente en la carrera por el tamaño", explica. "Queremos ofrecer otros productos, otros servicios, responder a otras prioridades", aclara.

"España necesita más educación financiera"

La tasa de ahorro de España es de las más bajas de Europa, algo que la empresa atribuye a que los españoles "tienden más al consumo". Si invierten, señala Rignault, se hace más en ladrillo que en productos de ahorro, "pero para programar el futuro económico hay que cambiar ese esquema".

En España, explica, se tiende al depósito a corto plazo. Cuando los bonos españoles pagaban el 5% "era fácil conseguir el 2% por ese dinero, pero si pagan 1,5%, no se puede remunerar correctamente".

AXA quiere cambiar eso, avanza. La compañía ve un negocio en el ahorro en España.

"Buscamos cambiar el mix español, proponemos otros servicios y planes de diversificación". La Fundación AXA quiere contribuir a ese cambio a través del impulso a la educación financiera. "Antes de la crisis había un ahorro reducido, pero con la crisis se aprendió que es mejor tener algo siempre guardado".

Para este fin, destaca, es "importante" un tratamiento fiscal que promueva el ahorro.

Pero el tratamiento fiscal solo funciona como un "acelerador" del ahorro, advierte.

Es necesaria una "cultura" del ahorro previa, una educación financiera, que sirva como el "coche, el motor mismo" del ahorro.

Esta evolución ya ha pasado en otros países. "No veo por qué no iba a pasar en España también".