Bodegas Bilma se fundó en 1992 en el marco del plan de Bodegas Comarcales que impulsó el Cabildo de Tenerife. Incluida en la Denominación de Origen Ycoden-Daute-Isora, su primer emplazamiento se localizaba en Santiago del Teide, tomando el nombre de "la montaña que majestuosamente preside dicho municipio: Montaña Bilma". ¿Por qué se trasladó a Chío? Porque se necesitaba más espacio para crear una bodega de gran capacidad.

En Guía de Isora, en el camino que lleva hasta El Teide por la carretera Chío-Boca Tauce, Bodegas Bilma levantó un moderno complejo vitivinícola capaz de procesar hasta un millón de litros anuales. Con dos edificios, construidos desde el respeto al paisaje, uno albergó las instalaciones en las que se elaboraba la marca Tágara, nombre de un barranco del municipio isorano y de uno de los pinares más antiguos de la Isla, además de Viña Sur, que hace alusión a la situación geográfica de los viñedos.

El segundo de los edificios de Bodegas Bilma estaba destinado a servir como recepción y zona de atención a los visitantes.

De esa forma, se promocionaba Bodegas Bilma, hoy la bodega comarcal de Guía de Isora, que adquirió Bodegas Insulares Tenerife (BITSA), por unos 2,2 millones de euros, en junio del año 2010.

La inversión en una instalación privada que estaba en quiebra, y que es objeto de crítica feroz por los viticultores, está desclasificada, al margen de la empresa mixta de donde el Cabildo figura como accionista principal (49%).

Esta instalación almacenaba en torno a 300.000 litros de vino en el momento de la compra por parte de Bodegas Insulares, pero su deficiente calidad requirió, según la solución técnica que se aplicó, la mezcla con "vino a granel de calidad", que finalmente se importó desde La Mancha, decisión que ha suscitado una fuerte polémica en el sector. A día de hoy, la bodega contiene unos 42.000 litros de vino.

Lo cierto es que transcurridos dos años desde su adquisición por el Cabildo, en Guía de Isora "aún hay agricultores a los que se les adeuda la uva de entonces".

Desde que en 2012 pasó a denominarse Bodega Comarcal Guía de Isora (perdió su nombre original) fue desclasificada, dejó de pertenecer al Consejo Regulador de Denominación de Origen Ycoden-Daute-Isora y desde ese momento pasó a producir vino de mesa. En cualquier caso, sigue adscrita a Bodegas Insulares, empresa que cambió su objeto social.

Aunque estas instalaciones permanecen cerradas, en ellas se continúan embotellando las referencias Tibisay y Viña Donia, dos vinos de mesa que no cuentan con la contraetiqueta de la Denominación de Origen y que se destinan al mercado hotelero, sobre todo en establecimientos de modalidad turística "todo incluido".

A esta bodega llegaron "directamente" los más de 100.000 litros de vino a granel que compró Bodegas Insulares Tenerife en la Península (unos 300.000 litros, según otros viticultores), desde el año en que adquirió las instalaciones hasta la actualidad.

La presidencia de la empresa se refirió estos días a la existencia de cuatro facturas, correspondientes a la importación de 27.000 litros en cada partida, por un importe aproximado de 19.000 euros cada una de ellas.

La parte privada del sector vitícola denuncia sistemáticamente "una inversión que lo que nos ha generado es competencia, pero con dinero público". No se explican que el Cabildo "haya socorrido a quienes han gestionado mal su empresa y, encima, haya importado vino a granel de La Mancha".

La inspección del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), según las actas levantadas y de las que informó el propio Cabildo, constató que el vino sobrante en las bodegas de Tacoronte e Icod "se descalifica y se envía a la de Guía de Isora" para elaborar vino de mesa.

Con escasa actividad

La bodega comarcal de Guía de Isora es un recinto que permanece gran parte del tiempo con sus puertas cerradas. El Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) trasladó a sus inspectores el miércoles a estas instalaciones para comprobar la actividad que en ella se lleva a cabo. Esta es una instalación dedicada a producir vino de mesa, por tanto, no es un caldo sujeto a control alguno por el Consejo Regulador de Denominación de Origen.

La única bodega

Bodegas Insulares Tenerife (BITSA) es la única de la Isla que separa, en instalaciones distintas, la producción de vino de mesa. El resto la realiza en las mismas dependencias. Asimismo, la empresa mixta, aunque con capital mayoritariamente público, surte de vino a granel a otras bodegas emplazadas en la Isla.