El joven cubano acusado de matar a un compatriota en noviembre del año pasado en Costa del Silencio (Arona) declaró ayer en el juicio con Tribunal de Jurado. Las posturas del fiscal y de la abogada defensora, únicas partes personadas, quedaron claras desde el primer momento. El primero, Ángel García, busca probar que se trata de un caso de asesinato (muerte planificada), mientras que la letrada de la Defensa, Gisela García Martín, está convencida de que fue un homicidio (muerte violenta, pero donde no hubo premeditación ni se buscó asegurar la muerte) de Jorge Félix Rodríguez.

El acusado tiene un hijo con la mujer con la que el fallecido tuvo una relación y de la que ya estaba separado en el momento del hecho. La joven cubana estaba protegida de la víctima mortal por una orden de alejamiento. Sin embargo, éste fue a su casa, insistió en verla, la llamó, entró en su casa tras romper una ventana y llegó a agredirla, según el acusado. El procesado, Dalayn Carrillo, dijo que acudió a la casa porque su hijo, de 3 años entonces, lo llamó y le preguntó si no lo iba a ver ese día. Jorge Félix tocó en la puerta y le dijo a la mujer que, si no la abría, la tiraba abajo. Después, según Carrillo, rompió una ventana y se introdujo en la casa, donde discutió y pegó a la mujer.

El fallecido se llevó "la cartera" de la mujer a la calle, donde hubo gritos. Al regresar a la casa la mujer y seguirla Jorge Félix, Dalayn cogió un cuchillo de cocina, el primero que halló, y salió a la calle, porque, según afirmó ayer, temía ya por la vida de su hijo. Sin embargo, el fiscal recordó que el fallecido nunca se dirigió al pequeño.

El fallecido se subió en su coche y el acusado le impidió cerrar la puerta y le dijo que las cosas no se arreglaban de esa manera. En ese momento, tenía el cuchillo en la mano, según Dalayn.

En ese momento tuvo lugar el desenlace fatal del suceso. Jorge Félix que era mucho más alto y más corpulento de el acusado, empezó a propinar golpes a Dalayn desde una posición superior. Hasta tal punto que, según Dalayn, lo arrinconó sobre un murete y un jardín, mientras le seguía dando golpes, como si no le intimidara el cuchillo que portaba el acusado.

Según contó a su abogada, Dalayn dijo que, mientras retrocedía, "aguanté golpes hasta no poder más". Añadió que entonces, le clavó el cuchillo una única vez. "Después me dio la espalda y se fue; no supuse que la herida fuera mortal y la noticia me sorprendió". Dalayn apuntó que "siempre le tuve miedo; mi cabeza no llegaba a su hombro y mi cuerpo era la mitad que el suyo". Aclaró que "no lo odiaba para nada". Dalayn contó que el fallecido "fue a hablar conmigo para que lo ayudara a regresar" con la citada mujer y le llegó a decir al hoy procesado: "de que esté con otros, prefiero que esté contigo". Sin embargo, hasta ahora Dalayn no había relatado eso porque le dio su palabra al ahora fallecido de que no revelaría esas intenciones de regresar con la joven Yeneisy.

Dalayn reconoció ante el magistrado que "posiblemente" el fallecido tenía un problema de celos.

El fiscal escuchó el relato de los hechos, pero preguntó al procesado por qué lo que contó ayer no es lo mismo que en su día dijo a la Guardia Civil y después reafirmó en el Juzgado.

Dalayn dijo que se quedó bloqueado cuando su primera abogada de oficio le dijo que "la pena por el delito son 20 años". Ayer, Dalayn no se acordaba de lo que dijo a la Policía Judicial y negó algunas frases que citó el fiscal.

Una de esas contradicciones citadas por el ministerio público fue que afirmara ante los agentes que no estaba en la casa cuando llegó Jorge Félix.

Según el fiscal, en las diligencias consta que el hoy procesado escondió el cuchillo al aproximarse a su compatriota; que cuando sale del coche lo apuñala desde un primer momento; o que no agredió a la mujer. Hoy se escuchará en el juicio a Yeneisy y otros testigos.