Una noticia me esperaba a la vuelta de mis vacaciones, y fue la de que la Maison Martin Margiela tenía nuevo director creativo: nadie menos que John Galliano. Los que me conocen saben de mi admiración por el trabajo de la Maison y la verdad es que la noticia me pilló de sorpresa. Habían rumores, sí. Pero nunca pensé que fueran ciertos. El nombre de John Galliano sin duda enciende alarmas donde sea que se le escuche. Infelizmente no solo por el impresionante trabajo que ha desarrollado en su carrera como diseñador, sino también por el escandaloso episodio racista en el que se ha visto envuelto en 2011 y que parecía haber cerrado para él las puertas del mundo de la moda. Hasta ahora.

Empecemos por el principio. John Galiano nació en 1960 en Gibraltar. De padre gibraltareño y madre española, fue criado en Inglaterra y, como tantos otros nombres conocidos de la moda inglesa, estudió en la Central Saint Martins, en Londres. Su colección de graduación, inspirada en la Revolución Francesa, ya auguraba la estrecha relación que tendría con el país galo. Después de trabajar algunos años bajo su propio nombre, se va a vivir a París y en 1995 asume el puesto de diseñador en una de las más tradicionales maisons francesas: Givenchy. La alta sociedad parisina se asombra: es la primera vez que un diseñador británico dirige una maison francesa de alta costura.

Ese sería apenas el primero de los sustos que el diseñador daría a la alta burguesía francesa. Después de apenas dos años en Givenchy, Bernard Arnauld, dueño del conglomerado LVMH, pone a Galliano al frente una de las mayores glorias de la moda francesa: la Maison Dior.

Sustituyendo a Gianfranco Ferré al frente de la firma, su primer desfile para Dior, en 1997, coincidió con el 50 aniversario de la Maison. Éxito total. Con su llegada, Dior se trasformó. Para alegría de unos y tristeza de otros, Galliano hizo una revolución extravagante y multicultural cambiando poco a poco y por completo la visión de la marca, que vio sus ventas catapultadas a lo más alto. Año tras año, colección tras colección, sus extravagantes apariciones al final de los desfiles no conseguían ofuscar el brillo de su genial trabajo. Todo parecía ir bien y todos creían que lo suyo era apenas un problema de ego desmesurado. Hasta que, en una tarde de 2011, explotó la bomba. Bajo el efecto de las drogas y del alcohol, sentado en una terraza parisiense, el diseñador discutió con una pareja y soltó frases antisemitas que fueron grabadas con un teléfono móvil. La policía fue llamada y Galliano llevado a comisaría. Fue liberado poco después pero ya era demasiado tarde. Las imágenes de lo ocurrido estaban en todas las redes sociales y medios de comunicación. Su estado era lamentable y la moda no perdona a los perdedores. La Maison Dior anuncia su despido y él se va a Estados Unidos, a un centro de desintoxicación, a tratar sus problemas de adicción. El mismo centro al que, algo más silenciosamente, ya habían acudido Donatella Versace o Elton John. La presión es muy grande, dicen.

Su gran amiga, la top británica Kate Moss, le ha pedido que le hiciera su vestido de boda. Fue su primera oportunidad para que volviera a la moda. "Hacer ese vestido me salvó personalmente porque fue mi rehabilitación creativa", confesaría, después, el diseñador. Empezaba su escalada desde el profundo pozo en que se había metido.

Era apenas una cuestión de tiempo hasta que alguien con suficiente valor lo pusiera otra vez en primera fila. Y el italiano Renzo Rosso, al frente del grupo OTB - Only the brave, lo tuvo. La verdad es que el nombre "solo los bravos" ya auguraba su valentía. Galliano vuelve al Gran Monde de la moda por la puerta grande el próximo enero con la colección de alta costura - o artesanal, como la Maison Margiela la llama.

Rosso ha dicho: "Margiela está lista para acoger un nuevo creativo carismático. John Galliano es uno de los mayores talentos de todos los tiempos. Un creativo único y excepcional para una firma que siempre ha innovado en el mundo de la moda". La Maison Martin Margiela siempre ha apostado por una moda alternativa y artística en detrimento de lo que es comercial o aceptable por el mainstream. Martin Margiela, diseñador belga graduado por la Real Academia de Bellas Artes de Amberes, nunca aparece en público. Quizás para evitar la sobre exposición que aplastó a Galliano, quizás para mantener el aire de misterio que tiene la marca, una de las pocas que, al parecer, no tiene una jerarquía definida de trabajo y en la que todos trabajan en grupo, con batas blancas y sin distinción. ¿Como encajará el ego de Galliano en este espacio? Sin duda estaremos todos pendientes.

Las siglas importantes en el mundo del alto lujo y la moda

  • Oímos muchas veces hablar del grupo LVMH, así como del grupo PPR. ¿Sabemos quienes son?
  • LVMH es un grupo empresarial del sector del alto lujo propietario de las marcas Louis Vuitton, Givenchy, Céline, Berluti, Kenzo, Guerlain, Loewe, Marc Jacobs, Sephora, Pucci, DKNY y una larga lista de empresas que van desde vinos y champanes de alta gama, como Moët & Chandon y Veuve Clicquot, hasta el supermercado Carrefour.
  • Otro de los nombres que aparecen siempre relacionados con el alto lujo en la moda es el del grupo PPR - Pinault-Printemps-Redoute. El grupo, presidido por el Francés François-Henri Pinault, es propietario de las marcas Gucci, Yves Saint-Laurant, Balenciaga, Puma, de la casa de subastas Christie''s, del canal de televisión TF-1 además de tener participaciones en el periódico Le monde y en la FNAC. El grupo OTB - Only the brave, viene poco a poco ganando espacio y representa a marcas como Diesel, Marni, Viktor & Rolf además de la Maison Martin Margiela.