El mayor nido de loros del mundo está en el Norte de Tenerife, concretamente entre los barrios de La Vera, en el Puerto de la Cruz, y Toscal Longuera, en Los Realejos. En un gran recinto con 1.100 jaulones, mucha vegetación y mallas de sombra y seguridad, Loro Parque Fundación mantiene a más de 2.600 loros de 350 especies y subespecies diferentes. Un espacio con visitas restringidas donde han nacido ya más de 20.000 aves, algunas de especies muy amenazadas o incluso extintas en la naturaleza, como el guacamayo de spix.

Un equipo formado por 18 personas se encarga de atender el enorme criadero de la fundación, donde se conserva la mayor parte de esta colección de aves. En Loro Parque, los visitantes tienen la oportunidad de ver unos 700 loros repartidos en más de 200 jaulones. En el criadero esa cantidad se multiplica casi por cuatro.

EL DÍA visitó estas instalaciones, que solo se abren para expertos, becarios, científicos y socios de la fundación, guiado por el biólogo Rafael Zamora Padrón.

Los loros viven en parejas, en jaulas de dimensiones que les permiten volar, separadas por barreras de vegetación natural. Además, se incluyen constantes elementos de enriquecimiento ambiental como troncos, vegetación o vaporizadores de agua para mitigar el calor y aumentar la humedad.

El recinto está vigilado con cámaras y perros, pero es que, además, hay dos tigres que pasan su jubilación en un recinto acondicionado para ellos junto al criadero. El control de plagas es constante, así como la atención veterinaria de las aves. Una vez al año, todos los loros pasan un completo examen veterinario.

Comen dos veces al día, a primera hora de la mañana y a las dos de la tarde. Todos los días se limpian 8.000 comederos. En este enorme nido nacen loros de variadas procedencias, tamaños y precios. Hay ejemplares que cuestan hasta 20.000 euros, como el guacamayo jacinto.

Existen tres formas de cría: la natural y mayoritaria; la cría a mano, en caso de que los padres sean incapaces de mantener a sus polluelos, y la llamada cría fostering, que consiste en buscar padres adoptivos de especies diferentes.

Cada polluelo que nace es anillado por las manos expertas del encargado, Pedro Martín, y el segundo encargado, Pepe Medina, que trabajan en este lugar desde hace 29 años. Cada año colocan entre 1.000 y 1.500 anillas de identificación. También se encargan del diseño y la elaboración de nidos adaptados.

Las aves que nacen en este recinto se envían a Loro Parque y otros zoos del mundo, también a criadores autorizados, programas de cría y, en el caso de las especies autorizadas, al mercado especializado.

especies y subespecies componen la colección de loros de Loro Parque Fundación, la mayor y más variada del mundo. En el criadero hay 2.600 ejemplares, y 700 más en el zoo.

loros han nacido en los últimos años en el enorme criadero de Loro Parque Fundación, ubicado entre el barrio portuense de La Vera y el núcleo realejero de Toscal Longuera.