Una buena parte del domingo se la dedicó a "Jesucristo Superstar", concretamente al castin del musical que se representará en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife del 26 al 30 de diciembre de 2014. "Aquí ya encontré a dos Cristos y tres Magdalenas", desvela el director donostiarra Jaime Azpilicueta antes de abordar distintos temas que tienen que ver con la incidencia de esta crisis en el sector cultural, con los proyectos que tiene en mente, con su relación con la Isla. "Tenerife se ha convertido como una ampliación del salón de mi casa; me siento a gusto aquí", declara.

Mañana, cuando le toque regresar a la Península, ¿volverá a casa o se irá de su casa?

Esa pregunta no me la habían formulado nunca de esa manera, pero tiene cierta lógica porque yo aquí me siento en casa. Creo que me voy de casa a casa (ríe)... Nunca he tenido problemas en reconocer la alegría que experimento al llegar a Tenerife y respirar su aire.

¿Esperaba que esta relación se pudiera alargar durante más de 30 años?

Ni en mis mejores sueños... Más aún cuando revivo los instantes iniciales de esta relación. Mi primera gala del Carnaval de Tenerife, con sabotaje incluido, fue una gran equivocación, pero la gente de aquí decidió perdonarme y nuestra relación se hizo indestructible.

¿No guarda un buen recuerdo de su debú en la plaza de toros?

Sufrí mucho porque no era el sitio adecuado para montar una gala... Al año siguiente, cuando regresé con Chico Ibáñez Serrador, todo fue diferente. Nos fuimos a la Plaza de España y aquello fue otra historia. Después de lo que pasó en la plaza de toros pensé que me iban a echar para siempre. Sacamos la gala de elección de la reina a la calle, se empezaron a crear "life motive" para que el público viviera el carnaval con mayor intensidad y con Egipto llegaron aquellas oberturas fantásticas que dieron mucho que hablar. Cada vez me sentía más querido y venía tres o cuatro veces al año para supervisar cómo iban todos los preparativos. El problema surgía en el instante en el que tenía que volver: sentía una extraña congoja porque lo que yo quería era quedarme.

Y ahora en el horizonte aparece "Jesucristo Superstar", ¿un proyecto anticrisis?

No, es una experiencia que me apetecía abordar desde hace algunos años... A mí me tocó participar en la primera gran comedia-musical que se organizó en España y ahora quería reconstruir este proyecto lejos ambientes normales de Madrid y Barcelona. ¿Qué mejor lugar que probar algo nuevo que en Tenerife? Tenemos noticias de que están mirando con mucho interés lo que nos vamos a inventar en el Auditorio de Tenerife.

¿Alguna vez se había encontrado con una indecisión cultural, lógicamente condicionada por esta crisis económica, tan profunda?

Yo he visto de todo... Ahora acabo de cerrar un proyecto que lleva más de dos años de preproducción porque no hay un duro. Las productoras no están dispuestas a correr más riegos y este maldito 21% de IVA es un asesinato al mundo de la cultura. Estoy montando una nueva versión de Jekyll & Hyde con Raphael, que es un artista que normalmente llena todos los teatros en los que actúa, pero ni siquiera contar con un talento como él nos va a garantizar un éxito económico: si todo sale bien vamos a estar ras con ras. No nos haremos millonarios con este proyecto porque, entre otras cosas, eso ya no pasa, pero creo que en estos momentos hay que hacer este tipo de apuestas.

¿Y veremos a Raphael con ese espectáculo por Tenerife?

He dado muestras de que no me intimida realizar un estreno nacional en Tenerife. Yo me siento querido por la gente del Auditorio y si de mí depende, Raphael estará en Tenerife con la nueva versión de "Jekyll&Hyde". No voy a decir al cien por cien, pero sí a un 99,9%. ¡Vamos a ver si todo se da y podemos confirmar que la Isla pueda ver este espectáculo!

¿Cómo va a ser el "Jesucristo Superstar" que está diseñando?

Será una producción digna de cualquier teatro europeo... Donde no hay medios; hay entusiasmo y ahora mismo no cambio trabajar en el Auditorio de Tenerife ni por Broadway, que eso es algo que sigue siendo una gran misterio para mí. ¿Aún no sé por qué soy el único español que ha dirigido en Broadway? En serio, las posibilidades que me ofrecen aquí -decorados, iluminación, vestuario- no son muy fáciles de encontrar en otro lado.

¿Ni siquiera en Broadway?

Allí hay de todo, pero las condiciones de trabajo son diferentes. El sindicato lo controla absolutamente todo y nada ocurre sin que ellos estén informado. Esta entrevista, por citar un ejemplo, no se podría hacer sin el permiso del sindicato... Que ya le digo yo a usted que no suelen dar luz verde hasta que ellos deciden que es el momento de hablar. Otra de sus atribuciones es designar con qué medio y el periodista que debe realizar la entrevista.

¿Lo de ser el único español que ha representado en la Gran Manzana le hace sacar pecho?

Ya no (sonríe)... Eso solo fue un accidente. Tampoco crea que es tan importante estar en Broadway. Sí que aporta fama y otras cuestiones que tienen que ver con unas ganancias económicas, pero está el sindicato... No me queda la pena de volver a repetir. Bueno, si hubiera algo que fuera realmente bueno, bueno, igual me lo replantearía, pero de momento me siento muy cómodo en Tenerife: aquí tengo mis dos Cristos y tres Magdalenas.