Said Alhamame es un español nacido en Marruecos hace 42 años y desde el pasado martes mantiene una huelga de hambre para reclamar más rapidez a la Justicia en sus trámites. En su protesta ante el Palacio de los Juzgados de Arona pide que los trámites relacionados con la resolución de su régimen de visitas vayan más rápidos.

Said se divorció de su exmujer en 2011, con la que tiene una niña que hoy tiene 8 años. Durante meses, pudo ver a la hija con tranquilidad. Al año siguiente, este ciudadano volvió a casarse y, según su testimonio, desde entonces empezó a tener problemas para ver a la menor. A su juicio, cada vez que iba a verla a un barrio de Arona, la madre le decía que estaba enferma, que no estaba en la casa o cualquier otra excusa. Tan solo en agosto de 2012 pudo estar con la pequeña 10 días.

Tras diversas denuncias en los juzgados, la madre de la niña fue multada con 300 euros por incumplir el régimen de visitas.

En una vista para adoptar las medidas cautelares, según aseguró ayer Said, la madre de su hija lo acusó de ser un musulmán "radical", que obligaba a la niña a llevar el yihab (pañuelo alrededor de la cabeza y la cara). Sin embargo, Said niega esa acusación y señala que en los últimos años se ha caracterizado por fomentar las actividades de integración de la comunidad musulmana de Adeje en la sociedad canaria. Y aclara que su actual pareja estudia Derecho y vive con libertad.

Desde el Juzgado de Instrucción número 5 de Arona se determinó que un psicólogo forense realizara un informe sobre Said. Pero el problema es que le han dado cita con dicho profesional para septiembre de 2015. Ante esa circunstancia, el denunciante se pregunta, entre otras cosas, cuándo se podrá celebrar su juicio, así como en qué momento se podrán resolver los posibles recursos que pueda presentar él o su esposa.

Said señala que confía en la Justicia española y que es "seria", pero reclama más rapidez en los trámites para que realmente sea justa. Ayer no fue posible hablar con la abogada de la madre de la niña.

Fuentes del entorno de Said señalan que la madre de su hija solicitó autorización para viajar a Melilla, pero la misma fue desestimada por la autoridad judicial, tras la oposición mostrada por el fiscal y la abogada del afectado.

Sin embargo, la mujer acabó viajando a la ciudad autónoma del Norte de África, como reconoció posteriormente ella misma durante el proceso.