Fernando Delgado ha escrito su último poemario "Donde estuve", bajo los ecos de la frase de Virginia Woolf "nada existe hasta que se recuerda", porque el periodista, narrador y poeta ha tirado del hilo de la memoria para construir una biográfica poética, desnuda y arriesga.

Aunque la faceta poética de Fernando Delgado (Tenerife, 1947) es menos conocida que la periodística o narrativa, el autor escribe versos desde muy joven. Desde que a los 13 años publicó su primer poema en un periódico local. "Hoy me arrepiento porque no era nada bueno", reconoce hoy a Efe el escritor.

"Este libro en cierto modo es póstumo -advierte-. Es la obra de un viejo, dicho con claridad, es un viaje y los viajes de la emoción se hacen a través de la memoria. Es un libro de memorias, pero en lugar de ser un recuento de tu vida tiene que ver con las sensaciones y emociones de los demás", subraya.

El paso del tiempo, espacios vividos, los pájaros, las aves, como símbolo de libertad, el amor vivido, el que no pudo ser, la música, el erotismo, el sexo, la masturbación, la música, Verdi, el arpa o el coro de la iglesia o los paisajes son algunos de los temas que rozan el libro, en el que también se incluye un poema a Oteiza o a "Velantonia", la casa de Alexander, a donde acudían los jóvenes poetas.

"Es un libro confesional y en cierto modo impúdico -recalca- porque a esta edad de mi vida te encuentras más libre y desprejuiciado para desnudarte y no es que importe mi desnudo, sino que aspiro a que en él se reconozcan otros", sostiene el autor de "También la verdad se inventa" o "La mirada del otro", Premio Planeta y llevada al cine por Vicente Aranda.

"Casi siempre son los otros los que me han regalado las emociones; unas compartidas y otras, no. En poesía hablamos desde nosotros mismo pero con la esperanza de encontrar un lector que se sienta cómplice", aclara.

En cuanto al poema dedicado a la masturbación, aunque el poeta no menciona en ningún momento la palabra, pero es evidente, Delgado dice que "es un ejercicio erótico siempre muy secreto y poco prestigiado, aunque, sin embargo, es un paraíso para la imaginación sexual".

Este nuevo poemario es importante en la carrera del escritor porque es un libro de madurez y libertad. "Con la edad, sin darte cuenta, te descubres sin prejuicios", confiesa.

Un Fernando Delgado que pone el espejo retrovisor y que confiesa que ha vivido años muy felices en su juventud que están en las páginas.

"Eso forma parte de la felicidad, pero también están las cosas que no logras, los amores imposibles, los amores platónicos", reconoce el autor de "Donde estuve", publicado por la colección Vandalia, de la Fundación José Manuel Lara.

"Esas cosas no logradas forman parte de tu biografía y son enriquecedoras. Yo estoy muy contento y agradecido por el tiempo que me ha tocado vivir, aunque muy aterrado por el tiempo en el que nos encontramos", sostiene.

Fernando Delgado, con una larga trayectoria en los medios de comunicación y con una amplia trayectoria literaria, encuentra en la poesía ese espacio de sosiego e intimidad alejado del "ruido que está lleno latrocinio y corrupción".

"A veces me cuesta oír la radio y mirar las portadas de los periódicos cada mañana. Es terrible y, además, no es solo España porque hasta que los que no quieren ser España están llenos de ladrones", recalca.

Lector "muy exigente" de poesía y con varios nombres acuñados en su memoria afectiva y literaria como Francisco Brines (a quien está dedicado el libro) José Hierro, José Manuel Caballero Bonald, Delgado considera que la poesía hoy y siempre "ayuda mucho, porque es una manera de mirar el mundo a través de las emociones".