Álvaro Cervera confesó ayer que no le da miedo enfrentarse a un partido en el que un resultado adverso podría poner fin a su etapa como preparador del Tenerife. Sabe que, tarde o temprano, los equipos condicionados por dinámicas negativas y por entornos exigentes suelen cambiar de técnico, pero no le angustia el efecto que pueda tener en su carrera un triunfo del filial del Barcelona en el Heliodoro. "La palabra no es temor, sino preocupación por conseguir que el Tenerife logre salir adelante", declaró.

Cervera asume su situación con naturalidad. "Sé que cuando un equipo no gana, se echa al entrenador, y este equipo no está ganando", recordó antes de apuntar que "si encima hay un ambiente en contra, es algo que puede pasar". En cualquier caso, Cervera advirtió de que seguiría desarrollando su profesión en otro lugar. "No tengo temor, porque supongo que continuaré entrenando".

Respecto a la influencia del factor ambiental en la decisión que tomen los dirigentes del Tenerife, en el caso de llegar a esa tesitura, reconoció que, en general, la predisposición del entorno con el entrenador "no es buena", al igual que los resultados. Por tanto, dejó la respuesta en las manos del presidente y los consejeros del club. "A quien toma la decisión habría que preguntarle qué pesa más, pero sé que la situación no es la mejor para un entrenador. Eso está muy claro".

De momento, la única referencia que maneja es la que le ha transmitido Miguel Concepción en sus últimas reuniones. De esos encuentros, Cervera ha extraído la conclusión de que el presidente ha aprendido de los errores del pasado. "No suelo hablar de mis conversaciones privadas, pero la sensación que tengo es que antes de que me contrataran, aquí hubo un baile de entrenadores bastante importante, el año del descenso y luego en Segunda B, y eso no le dejó a las claras al presidente de que los cambios de entrenador sean realmente lo que te va a generar una mejoría", reveló. "Es la sensación que tengo, sin que me lo haya dicho", añadió el entrenador, quien, no obstante, admitió que su continuidad a cualquier precio tampoco tendría mucho sentido. "Jugar con el ambiente que hubo hace quince días -derrota ante el Recreativo- no sería bueno, y no lo digo por mí, porque yo desaparezco y no pasa nada, sino por los futbolistas. Entonces, también habría que pensar en eso".

Por último, se refirió a su relación con los jugadores y a las muestras de apoyo que le han expresado. "Tengo la impresión de que me apoyan, pero, al final, ellos son futbolistas y yo soy entrenador. Lo único que me queda es llegar lo más lejos posible, intentar acabar el contrato y, luego, seguir teniendo la misma relación con ellos. Y si no llego al final, lo mismo. Creo que es así con la mayoría, pero no con todos. Seguramente, hay gente que no me puede ni ver. Pero, ¿qué le vamos a hacer?".